martes, 5 de agosto de 2014

FORMACIÓN DEL ABOGADO

Si un abogado quiere prestar servicios de calidad precisa entre otras cuestiones de realizar una formación continúa.

- NOVEDADES LEGISLATiVAS

La legislación se modifica y no siempre para mejor. Creo que pocas veces he conocido como abogado una legislatura como esta en la que se produce tanta modificación de leyes hasta un punto extremo, incrementado por el abuso del Decreto Ley. El abogado ha de estar al tanto de todas estas modificaciones legislativas.

- PROFUNDIZACIÓN TEÓRICA 

Como hace bien Emilio Aparicio en recordarme periódicamente un buen abogado precisa de una importante base doctrinal y teórica. Por lo tanto, es precisa también la lectura de libros jurídicos para reforzar esta faceta. Son clásicas nuestras "discusiones" sobre los libros jurídicos, pero básicamente lo hago por el mero placer de debatir. En la idea de fondo no puedo estar más de acuerdo con el: la base doctrinal y teórica es esencial en un buen abogado.

- JURISPRUDENCIA Y OTRAS DECISIONES JUDICIALES 

Al igual que expresaba en relación a las modificaciones legislativas el Derecho también vive en las resoluciones judiciales, que también deben ser conocidas por el abogado. Así decisiones de tribunales como el TJUE supone un inmediato cambio en la práctica o una determinada variación interpretativa puede hacer que plantees mal la demanda si no la conoces.

- FORMACIÓN PRÁCTICA

Esto me lleva al último apartado. La necesidad de cubrir los aspectos anteriores desde actividades de formación dirigidas al colectivo y que le faciliten a este su formación continúa atendiendo las novedades, sin descuidar el plano teórico, con un enfoque dirigido a la práctica cotidiana.

Creo que esta debería ser una labor esencial de los Colegios de Abogados partiendo de una planificación de la formación necesaria. Sin embargo mi experiencia en la participación en programación de formación para el colectivo me indica que cuesta mucho programar una formación que luego se traduzca en una asistencia mínima de abogados. He participado en muchas reflexiones al respecto de cual es la razón de ello: la temática, los horarios, el precio. Lo cierto es que muchas veces es una incógnita. Se convierte en un reto.

Quizás como indicaba en mi ponencia sobre nueva abogacía esto incide en nuestro principal problema: el tiempo. Y quizás la multiplicidad de tareas a las que se ve obligado un pequeño despacho haga que se reduzca el tiempo dedicado a la formación y se es más selectivo con la misma.

Y tu que opinas?

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