El pasado sábado 19 intervine en una minimesa redonda dentro del evento #TurnoDeJusticia organizado por la brigada tuitera . Los compañeros me pidieron que hablara sobre la justicia sin medios y me resultó inicialmente difícil partiendo de que la mayoría de mi actividad profesional se desarrolla en unos modernos y recientes edificios (la Ciudad de la Justicia en Zaragoza) amplios, espaciosos y de agradable diseño. En esta entrada os cuento un resumen de mi intervención.
Siempre que explico a un profano el funcionamiento de la Administración de Justicia utilizo una frase que expresa que "se pretende pasar del siglo XIX al siglo XXI sin
pasar por el XX" y es que no se trata de tener ordenadores más o menos modernos sino que por ejemplo seguimos usando una ley procesal criminal del SXIX aunque periodica y recientemente parcheada y más importante que los medios es cómo se entiende la Administración de Justicia.
En este sentido, me parece prioritario aplicar criterios de eficacia y de eficiencia. Pero para eso debemos tener claro el modelo de Justicia que nos piden los ciudadanos en este momento. No sirve de nada
gastar dinero en medios si no se sabe a que se debe atender. A lo que se le debe
dar más importancia es a los medios humanos, más que a los materiales. En un
doble sentido. Primero porque los medios materiales han de usarlo humanos, y no
sirve de nada tener buenos edificios si no hay contenido. La administración de
justicia funciona en tanto funcionen los profesionales que en ella intervienen.
La principal inversión e incremento ha de ser en recursos humanos.
Y en segundo lugar precisamente por esa importancia de los recursos humanos hay que instaurar una cultura de justicia
moderna. Tener claro qué tipo de Administración de Justicia quieren los
ciudadanos y que esos recursos humanos tengan como objetivo satisfacer esa
necesidad de los ciudadanos. Y entonces pensar los medios adecuados para que
realicen esa misión.
¿Y a que me refiero con una cultura de Justicia Moderna? Voy a poner un ejemplo para que se entienda mejor. La ciudad
de la Justicia en Zaragoza está en unos edificios modernos, recientemente reconvertidos para usos judiciales. Espaciosos y
luminosos, con diseño agradable. Junto a ellos también una reciente comisaría moderna. A
nadie se le ha ocurrido pensar en el justiciable, en estos casos en los detenidos. En que haya un centro de
detención donde están los jueces de instrucción para que pueda pasar
inmediatamente (o con la mayor inmediatez) a disposición judicial y la privación de libertad sea reducida y la menor posible tal y como manda la Constitución.
En esa moderna comisaría no hay salas habilitadas para la entrevista reservada
con los letrados para que pueda haber la debida privacidad. Ni en los juzgados
de violencia, hay salas para que los juicios rápidos se hagan con la misma
privacidad en un tema tan delicado. Tres ejemplos que evidencian que de poco
sirve el presupuesto si no tenemos claro qué es importante.
Debemos tener claro que quieren los ciudadanos que acuden a
los juzgados. Quieren que se les resuelva sus problemas de una manera eficaz.
Quieren sentirse escuchados y valorados. Quieren que la justicia sea accesible.
Quieren que sea rápida.
Quienes trabajan en la justicia y sobre todo quienes tienen
la obligación de planificar la Administración de Justicia han de entender eso.
Entender eso supone cambiar la mentalidad de los operadores jurídicos. Supone
incrementar los recursos humanos para que todo eso pase. Supone querer una
justicia de calidad para lo cual se dotaran de los mejores medios. Y se
implantarán sistemas de comunicación electrónica con operadores y usuarios
pensando precisamente en la accesibilidad de estos y no en otros criterios como
ocurre ahora.
Por eso entiendo que falta lo más importante, esa visión estratégica de qué justicia pedimos los ciudadanos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario