jueves, 3 de agosto de 2017

VACACIONES

Ayer, el perfil en tuiter de la web todojuristas preguntaba a varias cuentas con presencia en las redes sobre las vacaciones en los abogados, de una manera ya dirigida pues daba a entender la inexistencia de las mismas con una absoluta desconexión, al dar varias opciones de atención a los clientes. La limitación de tuiter para estas respuestas hace que utilice el blog para ello.

Vacaciones sin desconexión no son vacaciones. Uno de los males de la manera de vivir la vida actual es no ser capaces de estar en el presente de lo que estamos haciendo, con pensamientos invasivos que nos hacen huir de vivir lo que estamos haciendo en ese mismo instante. Si estamos de vacaciones, estamos de vacaciones. No hay más.

El siguiente punto del debate, me dirán, ¿pero se puede? A lo que debo ponerme en plan "podemita" y decir SI, SE PUEDE. Y es que si no podemos es porque o verdaderamente no queremos o no sabemos como hacerlo. Lo primero por tanto es querer desconectar y descansar. ¿Lo queremos? Y es que la pregunta no es trampa, dado que cada vez hay más necios difundiendo un mensaje explotador por el cual las vacaciones y el descanso es algo malo y negativo. No. No lo es. Es Positivo y necesario para poder mantener un ritmo productivo y ser eficientes.



Siendo realistas hay muchas estructuras de despacho que dificultan estos periodos de desconexión. Y por otra parte, las nuevas tecnologías facilitan la existencia de prácticas invasivas por los clientes pero en muchas de ellas cuentan con el profesional como cooperador necesario: al dar el número móvil, al atender llamadas de clientes en el móvil mientras estamos en vacaciones, al no ser firmes en nuestra defensa ante terceros de la importancia de que se respeten nuestros tiempos de descanso, entre otros supuestos.

Y es que no debemos dejar a los clientes definir lo que es urgente y necesita de nuestra asistencia sino que somos nosotros quienes debemos mantener el poder de definirlo, con reuniones e información previa con los asuntos para delimitar las situaciones verdaderamente urgentes o estableciendo los adecuados filtros en la estructura del despacho.

Y antes de enfadarte porque alguien no está respetando tu derecho a descanso, recuerda que tú eres quien se lo está permitiendo.