Hace pocos días escribía esta entrada. En ella criticaba las manifestaciones de jueces decanos en relación a unas consideraciones de los mismos que yo entendía que suponían una traba en el ejercicio del derecho a la tutela judicial efectiva que se recoge en la constitución en su artículo 24. La crítica era dura, es mi manera de ser.
Hoy se celebraba en el Colegio de Abogados de Zaragoza el cóctel de Navidad, al que nuevamente he sido invitado. A la salida del mismo coincidia con el juez decano de Zaragoza, una persona encantadora en todos los sentidos y que afablemente me ha saludado y no he dejado desaprovechar la ocasión (nuevamente traicionado por mi esencia) para decirle cortesmente que no me habían gustado nada esas manifestaciones de los jueces decanos a las que hacía referencia en esa entrada.
Como es natural no voy a contar la literalidad de lo hablado, pero sí en resumen, dejar constancia de que la intención por parte de los jueces, con esas propuestas, no es la de limitar el acceso a la justicia, sino que sus propuestas parten de la buena fe y de un elogiable intento de mejora del funcionamiento de la justicia para agilizar los procedimientos. Su intención no es otra que permitirles a los jueces garantizar que se haga justicia en un plazo digamos razonable.
Eso no quiere decir que esté de acuerdo con lo expresado, pero sí que le sugería que si tal era su intención, había existido un déficit de comunicación.
Es sano, positivo y no lo voy a negar, da ánimos a los que somos satélites de la Justicia, ver que desde diferentes estamentos, la judicatura y la abogacía, se coincide en determinadas diagnosis e identificamos concretos problemas. También aventuro que una reflexión conjunta ofrecería soluciones de consenso. Al menos, para algunas cosas. Sí puedo contar cosas que yo he dicho, en particular la inconveniencia de la falta de unidad de los diferentes colectivos relacionados con la justicia: jueces, secretarios judiciales, fiscales, abogados, etc.. Soy un firme convencido de la potencialidad de un frente común y todas las conclusiones positivas que arrojaría la expresada reflexión conjunta.
Este agradable minidebate que he mantenido coincide casualmente con la jura de un nuevo ministro de Justicia, alguien que defino como un verdadero animal politico, pero que sin embargo su trayectoria politica nada tiene que ver con la Administracion de Justicia. Razón suficiente, para intentar avanzar en lo que expreso.
Y siendo las fechas que son y totalmente convencido de no hacer otra entrada en días. Feliz Navidad y gracias por asomarte a este blog.
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