martes, 25 de septiembre de 2018

BIG DATA Y BLOCKCHAIN EN LOS DESPACHOS DE ABOGADOS

Bla, bla, bla, bla, bla. Generalidad sobre el sector habitualmente escrita por alguien que no pisa un juzgado hace años. Bla, bla, bla,, bla, mucho bla, bla, bla intercalando palabras como innovación, disrupción y adaptación a las nuevas tecnologías.

Yo sé mucho y el resto de los abogados no saben nada y son unos zotes. Soy muy guay. Escribo en un blog. Tópico uno sobre los avances tecnológicos. Cita de un fulano que solo lo conocen en su casa.

Dos o tres generalidades. Topicazo sobre los avances tecnologicos. Mención random a lo último que hayas leido en twitter sobr el tema. Cita a otro soplagaitas que escribe artículos del estilo.

Cita a sí mismo en dos o tres artículos antiguos (que los escribió hace dos meses no te creas). Pose altiva y nueva generalidad.

Salpica por aquí y por allá con "blockchain", habla de retos y necesidad de regulación. Pequeña anécdota de cuando estuviste la ultima vez (poniendo cara de entender algo) con informáticos.

Dos nuevos tÓpicos enlazando entre ellos con una frase que contenga smartcontracts. Habla de la revolución del sector como si fueras el  John Lennon de la abogacía, ya sabes, Imagine y tal.

Remata con una perogrullada y algo leído cien veces, pero así, cortante, seco, sin aditamentos usando un imperativo.




Y hasta aquí mi modesto homenaje a los artículos sobre innovación legal. ¿que estoy exagerando? Que más quisiera yo.

jueves, 13 de septiembre de 2018

ABOGADOS DE EXITO

Hay conceptos que los solemos construir conforme a nuestras experiencias y creencias. Lo que es normal para unos no lo es para otros. A lo largo de mi vida me he movido en muchos y diferentes entornos, tanto por cuestiones personales como profesionales. Siempre lo he considerado como un factor de enriquecimiento, el conocer y tratar con gente muy diversa, y aprendí eso. Aprendí hace muchos años que no puedo ni debo juzgar a la gente. Tanto los conceptos que podemos manejar son diferentes como tampoco conozco las circunstancias que pueden llevar a una persona a comportarse de uno y otro modo.

Uno de esos conceptos es el "éxito", lo que entendemos por éxito, lo que entiendo yo, lo que entiendes tú lector, puede ser diverso. Y depender de muchos factores. No todas las metas son las mismas, ni las dificultades para conseguirlas. Mi concepto no es mejor que el tuyo ni el tuyo es mejor que el mío. Esa es una de las razones para hacer algo que desgraciadamente cada vez es más excepcional: el respeto. El respeto por la manera que otra persona tiene de ver las cosas. Y es algo también muy relacionado con no juzgar. Tú puedes compartir o no esa manera, pensar que el otro está equivocado. Pensar que no vas a actuar así. Pero con respeto y sin juzgar.

En la profesión que desempeño, abogado, también existe el concepto del éxito. Podemos pensar que hay estereotipos, pero no dejan de ser eso, estereotipos. Y bien para el que los tenga y para el que los quiera conseguir. Pero yo no me muevo con esos estereotipos. Así que hoy quiero hablar de algunas cosas que considero que identifican el éxito.

* el éxito es ser feliz con lo que haces
* el éxito es sentir que eres creativo
* el éxito es sentir que estas rodeado de personas que te valoran y te quieren como eres
* el éxito es ser honrado y honesto
* el éxito es ser fiel a tus principios, a lo que te han enseñado como correcto
* el éxito es aprender constantemente
* el éxito es luchar contra las adversidades. Levantarse si has caído.
* el éxito es mirarte y sentirte bien contigo mismo
* el éxito es saber que en ocasiones te equivocas, que no lo sabes todo, que hay quien sabe más que tu y que no debes  minusvalorar a nadie
* el éxito es tener tiempo para hacer lo que quieres y no para hacer lo que debes o tienes que hacer
* el éxito es respetar y no juzgar a las personas


Dedico especialmente este post a los/as que van de "estrellitas" y que para sentirse así, van mirando por encima del hombro; los/as que necesitan sentirse superiores y para eso ven a otros como inferiores, los que piensan que unas personas valen más que otras, los/as que juzgan a personas sin conocer sus circunstancias o por apariencias o por lo que meramente puedas percibir de sus publicaciones en redes sociales.

Para mi no teneis éxito salvo que tener éxito sea ser unos mierdas.

domingo, 9 de septiembre de 2018

REDES SOCIALES Y CONDUCTAS DELICTIVAS

Después de varios años (creo que el último libro que conseguí leer en verano fue Danza de Dragones en el 2012) he conseguido leer en verano. Ha sido "Instinto y Pólvora" de Silvia Barrera, a la cual tengo el placer de conocer personalmente y en el que habla de su experiencia queriendo ser y siendo policía. Pero mis andanzas como lector no tienen importancia en este momento, lo que quiero trasladar es algunas ideas que lanza Silvia y que yo también comparto personalmente sobre el mundo de internet y las conductas delictivas en el mismo.

Me gustó que tratara (probablemente ella sí que lo haya conseguido) de hacer entender a sus lectores algo en lo que mayoritariamente yo he fracasado cuando he dado formación sobre esta cuestión, pues a diferencia de quien escribe un libro, quien pontifica en un aula sí que ve las caras de los receptores de la información. Y probablemente también fracase al explicarlo aquí: internet, las redes sociales, lo que se llama ciberespacio, tiene otras reglas sociales y de conducta. Hay otras reglas de comportamiento. Y esto, en el ámbito jurídico que es donde me muevo tiene efectos, por una parte la proliferación de determinados conflictos (sobre todo en redes sociales), conductas nocivas (acoso, etc.), ciberdelincuencia y añado yo aunque no sea visto así, al cambiar nuestras reglas de comportamiento, acabará afectando al Derecho como sistema normativo de organización social.

¿Me explico? No, ¿Verdad? Bueno, a ver si consigo explicarme con algunos apuntes que da Silvia Barrera en esa parte de su libro:



Silvia nos cuenta cosas que no somos conscientes. Como la mayor peligrosidad de la ciberdelincuencia, dado que el ciberdelincuente tiene una diferente respuesta emocional. Añado yo, que la "despersonificación" del entorno digital, anula en mayor medida la empatía y sobre todo la consciencia del daño que se está generando. 

Además, la proliferación e incremento de conductas delictivas, potenciada por las herramientas informáticas existentes y la facilidad de su uso, es optimizada porque la propia víctima ayuda a los cibercriminales al no ser consciente de la cantidad de información que hay en internet (mucha de ella facilitada por la propia víctima) sobre ella. A mayor falta de privacidad, mayor exposición al ciberdelincuente.

Y si como vemos, es más fácil realizar actividades delictivas y cada vez se producen más, sin embargo se incrementa la dificulta de persecución y castigo de las mismas por quien tiene la obligación de hacerlo: fuerzas y cuerpos de seguridad y los juzgados y tribunales, con un número insuficiente de efectivos para su persecución, de conocimientos y de medios para ello.

En resumen, un escenario de lo más preocupante en el que los ciberdelincuentes están viendo perfectamente sus oportunidades, las potenciales víctimas no son conscientes de los riesgos en el ciberespacio y los medios de control y de persecución están desfasados y son insuficientes.

Silvia apunta a la necesidad de mayor prevención y formación de cara a esta cada vez mayor presencia en el ciberespacio. Y coincido con ella, aunque tengo la sensación de ese niño pequeño en la playa que quiere frenar el avance de las olas con su cubo y su pequeña pala. Esto no se soluciona con charlas aisladas y puedo asegurar la nula conciencia en instituciones y administraciones en la necesidad de formación en cuestiones básicas de ciberseguridad y autoprotección en el entorno digital.

Esas cosas de las redes sociales no tienen importancia, además la gente ya sabe usarlas porque sabe abrirse una cuenta ... (estoy siendo irónico, que todo hay que decirlo).

domingo, 2 de septiembre de 2018

OPORTUNIDADES JURIDICAS PERDIDAS DEL PROCES

Pocos me discutirán que el proces es un tema que polariza las respuestas y ante el que hay posicionamientos muy radicalizados y poco mesurados. Cada vez que el tema aparece en redes sociales es difícil encontrar una respuesta tranquila ante el mismo y que no parta como digo de un posicionamiento previo. Ello se extiende también a muchos profesionales con los que me relaciono a través de redes sociales y no es exclusivo de este tema y aplicable a otros, aunque probablemente no con la misma tensión e intensidad, en las opiniones sobre determinadas cuestiones pueden mucho los sesgos. Así es difícil encontrar quien da la razón a quien no le une un determinado sesgo.

Pero a diferencia de estos otros temas, el prucés nos está dando a los juristas un terreno para poder debatir y reflexionar sobre el ejercicio de determinados derechos fundamentales con escenarios a mi juicio muy interesantes y que si fueramos capaces de poder deshacernos de esos sesgos y de las connotaciones políticas y emocionales inherentes al pruces, y acercarnos con neutralidad, estoy convencido que nos podrían permitir avanzar en reflexiones jurídicas de calado sobre dichos derechos fundamentales.

Así por ejemplo, la colocación y "descolocación" de los lazos amarillos nos abordaría la utilización del espacio público para la comunicación de mensajes políticos por los ciudadanos; la propia libertad de expresión y la afectación a situaciones laborales (boicots a empresas mientras mantengan a directivos que han expresado una determinada posición ante el prucés); la emisión de consignas políticas por los altavoces de un ayuntamiento (el de Vic).y otros. Pongo solo estos ejemplos porque son los que he apreciado en los ultinos tres días de aterrizaje vacacional. Los escenarios como digo son seguramente muchos y afectan al ejercicio de derechos fundamentales.

Me parecen escenarios del todo interesantes para poder reflexionar sobre el ejercicio de esos derechos fundamentales, una reflexión del todo positiva para otras situaciones que nada que tengan que ver con el tema en cuestión. Sin embargo, no veo que se produzcan esos debates enriquecedores serenos y abstrayendose de la cuestión política. Probablemente esta sea la principal oportunidad jurídica perdida, la de que los juristas (ultimamente denostados) seamos incapaces de abstraernos del comportamiento generalizado y aportar esa visión constructiva, argumentada y razonada, que valdría (si fueramos del todo optimistas) para aportar algo de sentido común a una situación cada vez más tensionada.