Y cansancio del turno de oficio.
Muchas veces he escrito en este blog sobre el tema del turno de oficio. Siempre he considerado que en mi manera de entender la abogacía es mi deber integrar el turno de oficio como manera de garantizar que todo ciudadano independientemente de sus recursos económicos tenga el mismo acceso a la justicia. Y siempre he visto con admiración a esos infatigables abogados que han pertenecido al turno toda o la práctica totalidad de su ejercicio profesional, incluso en edades ya avanzadas.
El turno de oficio es un sentimiento y una vocación, algo incomprensible para muchos que no están y pontifican sobre el mismo. Curioso maestro el que da lecciones de lo que desconoce y no ha vivido nunca, pero ya sabemos que en este país abundan más esos maestrillos que los que se arremangan y trabajan bajo la crítica del que ni hace ni deja hacer.
Estos días hay un cierto "debate" en RRSS que les voy a resumir pues tiene poco sentido. El ministro de Justicia ha invitado hoy a su toma de posesión, al parecer a la totalidad de los decanos de los colegios de abogados de este país, algo, al parecer que no es habitual o no ha pasado con anterioridad. Digo al parecer pues no estoy en ese ajo. Y hay decanos que han anunciado que no van y aquí pueden leer los motivos de uno de ellos En resumen de lo que han manifestado alguno de ellos, la ausencia se debe a protestar por la situación del turno de oficio.
Mi opinión personal es que la cortesía institucional es positiva. Y que toda acción implica usar la mano diestra y la siniestra. Que tan válido es actuar con la sonrisa como con el plantón destemplado. Que cada uno sabrá sus motivos para actuar y nuestra vida está llena de aciertos y errores. Cada uno sabrá el motivo por el que asiste o el que deja de asistir. Que un decano asista no me genera problema alguno.
Claro que luego te pones a pensar. Durante el acto de esta tarde estaré de guardia de violencia de género. Una de esas guardias en las que estás por auténtico compromiso atendiendo a víctimas de malos tratos. Supone estar 24 horas en las cuales lo habitual es acudir a asistir a una víctima de violencia en comisaria. Tratar de explicarle la complejidad de un proceso penal mientras escuchas su relato, en un momento especialmente traumático para ello. Por la razón que sea un elevado porcentaje de esas asistencias son de noche y muchas te toca acudir a un cuartel de la guardia civil. Coger el coche en invierno, de noche, muchas veces de madrugada, estar allí mientras entre una cosa y otra pasan dos y hasta tres horas. Pero la guardia no acaba ahí, serás citado en el juzgado de violencia donde se sabe a que hora debes estar y no cuando se sale, pues la mayoría de los días acaban pasada larga la hora de comer. Y luego las incidencias posteriores, proceso de familia si hay menores, el propio juicio oral. Esas 24 horas se convierten en muchismas más.
Y piensa uno en que si mi decano se desplaza a madrid probablemente el coste de dicho desplazamiento será mayor que lo que se me retribuirá por esa guardia. Y conste que el problema (para esos maestros cortos de luces que entienden lo que quieren) no es el coste del desplazamiento sino la exigua cantidad con que se paga el servicio que hoy me toca dar a mi.
Piensa uno en que andarán por allí abogados desplegando sonrisas mientras puede que yo esté escuchando un relato que me encoja el alma. Abogados que luego se pondran medallas con el esfuerzo de otros cuando no habrán pisado esa comisaría ni otras en esas duras noches.
Y piensa uno en como se tuvo que plantar el colectivo, EL COLECTIVO ante un intento de privatización después de años de .... mejor no escribo lo que pienso.
Y piensa uno que ya está cansado. No de los sinsabores y la dureza del turno. Si no de tener la sensación de que quien tiene que sacar la cara por el colectivo, no lo hace. De que si quien hoy comerá canapés tras las sonrisas ministeriales tuviera que ir de madrugada a comisaría la situación sería muy distinta.
Y piensa uno que probablemente seamos nosotros mismos, al permitirlo y hacerlo, los principales valedores de que se mantenga este sistema.
Y seriamente pienso que si bien mantendré por esa sentimiento y vocación mi presencia en el turno para con los más desfavorecidos aunque más reducido; probablemente sea mi última guardia de este tipo.
Sólo una cosa... Gracias Compañero por poner palabras a nuestra actividad. Josefina Torrico Conde.
ResponderEliminarGracias a ti por tus palabras :)
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