sábado, 27 de abril de 2013

LA INFORMACION SOBRE CUESTIONES JURIDICAS

Esta entrada viene inspirada por la lectura de esta otra en el blog Hay Derecho. En ella, llega a una serie de conclusiones a partir de una actitud soliviantada, y muchas veces común a muchos profesionales del Derecho, por el habitual comportamiento de muchas personas de opinar sin ton ni son, y desde luego con poco o ningún conocimiento, sobre cuestiones de carácter jurídico. Esto suele generar un comprensible enfado muchas veces derivado de las burradas que se oyen o se leen.

El ejemplo comparativo utilizado en esa entrada no es válido, pues expresa que no veremos a la gente hablar de fisica cuántica o de complejidad similares con la alegría que hablan de cuestiones jurídicas, pero es que el Derecho con mayúsculas, y en esto soy heredero de las teorías antiformalistas, surge por creación del pueblo, con lo cual ¿cómo no va a opinar el pueblo sobre el Derecho? Si las normas las crean nuestros representantes y se nos aplican a nosotros, el ciudadano tiene perfecto derecho a opinar de las normas y de las cuestiones jurídicas.

Otra cosa distinta es la validez de la opinión o la diferencia entre opinar sobre cuestiones generales o éticas o morales o sobre cuestiones técnicas. Que se pueda opinar no quiere decir que toda opinión sea fundamentada o sea válida. Y ahí es donde entran no los límites sino la importancia de la educación y de la información.

La importancia de la educación en no tratar de imponer nuestra razón, en ser críticos con nosotros mismos, y en intentar fundamentar nuestras opiniones.

De ahí deriva la importancia de la información, con el papel de los medios de comunicación y de los profesionales que se dedican a informar sobre cuestiones jurídicas, pues son ellos quienes van a hacer una labor pedagógica en tal sentido.

La realidad es que muchos "informadores" no especializados en el ámbito de tribunales y cuestiones jurídicas, se atreven a opinar sin el debido conocimiento; no solo eso, sino que no acuden a profesionales y técnicos para completar su información, con una absoluta falta de respeto a la calidad de la misma y a las repercusiones para sus informados. Es más, parece que lo importante es primar un sucio espectáculo sobre el rigor de la información, y así saltan de programa en programa, de empresa en empresa, "todólogos" profesionalizados en hablar de lo que sea, sin criterio y sin rigor. Cambiando incluso de complejas temáticas en el mismo programa.

Pero por supuesto que los ciudadanos pueden opinar sobre cuestiones jurídicas, faltaría mas. Otra cosa es que a algunos, no les importe quedar como imbéciles. Supongo que porque en este país, al fin y al cabo, tiene mejor futuro el imbécil, que el que no lo es. Vease nuestra clase política.

1 comentario:

  1. interesante.. pero me parese que no es que tiene mejor futuro el imbecil sino que no choca con quienes los controlan, siendo imbeciles se dejan controlar y se guian por un programa sin buscar otras fuentes como para verificar si es cierto lo que se dice

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