jueves, 23 de noviembre de 2017

HACK THE JUSTICE

Lo prometido es deuda. Ya unos días después de la finalización del Hack The Justice y la vuelta de Madrid, con las emociones aposentadas, os voy a contar mi experiencia personal en el hackathon.

Como os decía en esta entrada hacía mucho tiempo que tenía ganas de participar en un hackathon. El viernes viajando en coche a Madrid con los amigos Sonsoles Valero y Pedro García no paramos de hablar con ilusión y ganas de llegar y participar. Y allá que llegamos a la Nave donde se iba a celebrar el hackathon. Llegamos con tiempo y nos dirigimos a la puerta para encontrar el lugar donde se celebraría donde el guardia de seguridad nos preguntó a donde íbamos. La cara que puso al decirle que íbamos a un Hackathon es innenarrable. Tuve que contenerme para aguantarme la risa, no fuera a ser que no me dejara entrar.


Hacka ... qué?

El viernes a las 17:30 mientras iban llegando los más rezagados, se explicaron las ideas (10) que había que desarrollar y que fueron seleccionadas en la fase de concurso de ideas. Algunas de ellas explicadas por los autores de las mismas pues muchos de ellos también acudieron a esta fase a colaborar en el nacimiento de sus hijitas.

Explicadas las mismas, se formaron los equipos que iban a desarrollar cada una de ellas buscando que contuvieran profesionales de la informática, juristas y especialistas en marketing y consultoría de empresa. Tras unas exposiciones por parte de Everis en relación al Dataset y el emprendimiento, contamos con una sesión sobre visual legal design.

Y a partir de ahí a crear y trabajar. Tuvimos que definir y concretar la idea que se nos había asignado para tener un objetivo claro de la herramienta a desarrollar, tras esa primera decisión de equipo a toda velocidad pensamos en una marca y un diseño corporativo al menos inicial, utilizando técnicas de brainstorming y para poder seleccionar la marca así como ir consultando el registro de marcas. Pensamos que era buena idea empezar a mover las redes sociales desde ya para lo que utilizamos esencialmente twitter.

Ya por la noche no podía conciliar el sueño pues mi cerebro estaba hiperactivo pensando mejoras a lo que habíamos decidido hasta ese momento, supongo que a mis compañeros de equipo les pasaría lo mismo. Así que el sábado por la mañana tras aportar todos ideas y recoger las mejoras nos repartimos el trabajo y nos pusimos a trabajar cada uno en la tarea o tareas asignadas, los unos a desarrollar una landing page, otros a ir trabajando en la aplicación, otros definiendo la idea y generando contenido, recogiendo datos que hubiera en la dataset y en otras partes, moviendo las redes sociales buscando el testing de especialistas y ver si íbamos correctamente orientados, generando la información que debería contender la app, pensando las funcionalidadades que la misma iba a tener y a salto de mata recogiendo ideas relacionadas con el desarrollo posterior y el plan de negocio.

A la par, recibiendo sugerencias del mentoring del Instituto de Innovación Legal que nos hacían ampliar el trabajo al aspecto de las evidencias digitales así como buscar aplicar los conocimientos adquiridos en visual legal design.

¿Suena estresante? Dejémoslo en intenso. Además era la primera vez que trabajabamos juntos y teníamos que afinarnos tanto personalmente como en la utilización de herramientas como Trello y sistemas de trabajo en agile.

Pero también hubo tiempo para otras cosas, como desvirtualizar a otras personas que nos conocíamos por RRSS y conocer a mucha gente nueva, distinta y variada.

Al acabar el día la sensación era de cansancio pues al fin y al cabo, aunque hubiera paradas y tiempo para tratar con los integrantes del resto de equipos, era un constante trabajo y proceso creativo compelidos por el reloj, pues el domingo a las 12:00 se presentaban las herramientas ante el jurado, es decir, menos de 48 horas para hacer todo el trabajo que he contado más arriba. 


Mis compañeros de Quierete Viva trabajando

Así que el domingo, a rematar y finalizar todo lo que se podía incluyendo preparar la presentación pues estábamos en un concurso y queríamos ganarlo. No por competitividad, pues el hackathon se desarrolló en general con una ausencia de competitividad mal entendida. Ya el sábado por la tarde viendo como se materializaba la idea y que parecía que el enfoque era adecuado, útil  y necesario, los integrantes de mi equipo teníamos claro que ganasemos o no ganásemos íbamos a intentar finalizarla y terminar el trabajo tras el hackathon. Pero claro, el ganar el premio era importante para poder ayudar a esa finalización.

Así que llegó el momento de la presentación ante el jurado, momento que me generó nervios que hacía tiempo que no sentía y que se disiparon en el mismo instante de comenzar. Sabía que se necesitaba rotundidad y fuerza, centrar la atención en el momento en que la aplicación resulta útil, la denuncia de violencia de género, momento especialmente intenso para las víctimas y que era esencial transmitir la importancia de ese momento y la necesidad de una app como la que habíamos diseñado. Respaldado por todo mi equipo, trasladé la idea de la aplicación para que a continuación mis compañeros explicaran por un lado el desarrollo de la misma efectuado durante el hackathon y luego, lo que habíamos dejado para desarrollos posteriores y nuestra planificación de cómo ejecutarlo. Tras las preguntas del jurado, donde quedó claro que teníamos previsto con claridad el escenario posterior, puedo decir sin falsa modestia que nos quedó una presentación rotunda.

Finalizada, pues fuimos los cuartos en exponer, solo quedaba esperar tranquilamente a que se presentaran las restantes y a que el Jurado deliberara y decidiera las ganadoras.

En el momento de anunciar las ganadoras, estaba tranquilo y confiado. Confiado porque pasara lo que pasara, habíamos hecho un buen trabajo y teníamos el convencimiento de que íbamos a ir adelante sí o sí. Aún así por dentro estaba el gusanillo que quería ser ganador. Y entonces se dijo el nombre de la primera ganadora "quierete VIVA", nuestro equipo. Reaccionamos con cierta timidez, como si no nos lo creyeramos.  Y luego ya con una sonrisa en los labios y gran satisfacción a esperar las otras dos ganadoras que también fueron dos de mis preferidas. Y recibimos la guinda de llevarnos también el premio a la aplicación más accesible. Así que la satisfacción fue completa.

Luego vinieron las enhorabuenas, fotos de grupo, y el prolongar esos increíbles momentos con otros participantes del hackathon en un clima de compañerismo y amistad.

Volví a Zaragoza como en una nube, con mucha alegría y sintiendo que había pasado un fin de semana mágico.

En otras entradas os iré hablando del proyecto "quierete VIVA". De como avanzamos, hoy tenemos nuestra primera reunión via Skpye para programar el trabajo, de la entrega de premios en el Ministerio de Justicia el próximo día 13 de diciembre.

Hoy quiero compartir con todos vosotros mi ilusión por participar de este proyecto, mi agradecimiento a Laura y Chusa por organizar un hackathon, mi muy especial agradecimiento a mis compañeros de equipo, mi intención de repetir en todo hackathon legal que sea posible y animaros a que vosotros también lo hagais. Es una suerte participar de un proceso creativo de estas características, aprender un montón y además hacerlo en una muy grata compañía y ambiente de camaradería.

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