domingo, 12 de mayo de 2019

EL MARKETPLACE DE TRANSFORMA ABOGACIA

La crónica de un festival al que no asistí. Y es que tras debatir seriamente conmigo mismo al final decidí no ir a Transforma Abogacia (ese evento al que me resisto a denominar Congreso pues como bien explican algunos tuiteros, por ejemplo aquí, no cumple con los requisitos estatutariamente recogidos para una importante finalidad, que los gerifaltes escuchen a la plebe, lo de hacer caso ya tal). No acudí por razones eminentemente personales, he de atender a mi propio proceso de transformación como abogado y determinadas situaciones y comportamientos que iba a ver me iban a generar más perjuicio que beneficio. Lo que no quita para que en un evento que lleva a gala la innovación, pueda perfectamente realizar una valoración a través de lo que ha llegado por las redes sociales.

Precisamente, resumo el Festival en un marketplace como digo en el título. ¿Qué es un marketplace? Un marketplace es una plataforma que pone en contacto a vendedores de productos con clientes interesados en comprar un producto.

¿Por qué defino el Festival como un Marketplace?

Para empezar las semanas previas al mismo fueron un constante bombardeo en redes sociales por parte de los numerosos ponentes que ya excedía del habitual autobombo y parecía seguir instrucciones de hacer publicidad de un Festival al que parecía que costaba que llenara el número de inscritos previstos. 

Porque lo que se ha volcado en redes sociales durante los día del Festival ha sido esencialmente postureo: selfies, fotos con amiguetes, etc frente a otros eventos que hemos podido seguir en el pasado en los cuales los asistentes compartían contenido y reflexiones que llegaban mediante las redes sociales a los que no estábamos presentes. De este modo, la sensación ha sido de un enorme escaparate de lucimiento en redes, algo así como mucha fachada y poco fondo. El fondo, que seguro que lo ha habido pues me he quedado con las ganas de escuchar a unos cuantos ponentes ha quedado muy diluido.

Porque el mismo día de inauguración se tenía conocimiento del nuevo código deontológico recién aprobado del que destaqué que se habilitaban los marketplaces en el sector de servicios legales. Estos últimos años habían aparecido y estaban funcionando varios de ellos sin que estuviera claro si la utilización de los mismos por abogados era una infracción deontológica. Muchas veces reclamé publicamente que hubiera un posicionamiento oficial al respecto. La cuestión es clara, si eran contrarios a la deontología y había abogados utilizandolos era una competencia desleal y se debería actuar contra ellos. Y si no era una infracción pero no se aclaraba que no lo era, lo mismo. Los abogados debían tener la seguridad de qué se puede y no se puede hacer. Paradojicamente incluso alguno de ellos se publicitaba en la propia revista del Consejo General de la Abogacía. En el momento de aprobarse el código deontológico encontré la respuesta a un enigma que contenía el propio programa ¿como había una sesión sobre los marketplaces en la que un ponente era el CEO de un marketplace si en principio los mismos eran contrarios a la normativa deontológica? Como digo, el programa no contenía por tanto un enigma sino un spoiler.

Pero la razón definitiva para considerar al Festival un marketplace es que los amigos (a los que conocí en el Hackathon que gané con Quierete Viva) de Emerita Legal ganaron el premio a la start up legal. Podemos discutir si exactamente Emerita es un marketplace pero en términos generales podríamos encuadralo en él. Sin duda un merecido premio. Pero me quedo con que ya las luces de neón son absolutamente deslumbrantes, o deberían serlo para todos los abogados. Se validan los marketplaces y uno de ellos gana. Ya estais tardando en usarlos. Tonto el último.

Y estais tardando porque uno de los aspectos para los que debería servir un Festival de estas características es para transmitir un conocimiento que algunos ya tienen desde hace tiempo (y que unos pocos comparten mientras la mayoría se lo ha guardo para ellos). Y si la abogacía en sí es ya un enorme marketplace sin que nos quepa discusión alguna al respecto (bueno, ya vereis como esto me lo discuten), todos y cada uno de los abogados tienen que tener esa información. Algo que no va a pasar si las ponencias, documentos y demás información que se ha dado en este certamen,, no se hacen llegar a todos y cada uno de ellos (aquí un enlace de la web con un poquito de material)

Considero una práctica restrictiva que no se haga. E inmoral si tenemos en cuenta que esa fiesta la hemos pagado todos directa o indirectamente. Todo apunta a un déficit del carallo que por tanto habrá sido pagado por el Consejo que pagamos todos, y que un elevado porcentaje de asistentes han acudido subvencionados por sus colegios, que también pagamos todos. Y me resulta difícilmente justificable que se subvencione el acceso a un conocimiento si este no es compartido con quienes de modo indirecto lo han financiado. Pues en ese Marketplace en el que ya estamos sin que nadie pueda y ni deba llamarse a engaño, debe haber unos mínimos de igualdad: el conocimiento. La información.


Nota.- Como he dicho al principio no estuve en persona aunque un rato sí que estuve en espíritu gracias a la mención que hizo en su ponencia Borja Adsuara al hablar de Abogacía en tuiter donde hizo un pequeño listado de algunos de esos abogados que le parecen interesantes (vamos, supongo que dijo eso). Gracias Borja por el detalle y tener el efecto que de alguna manera estuviera un ratito presente. 

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