martes, 5 de abril de 2016

IGUALDAD ANTE LA LEY: EL CASO DE LOS PILOTOS

Hace unos cuantos años me tocó asistir y defender a unos cadetes de la academia general militar en un incidente con la policía local. Fue uno de aquellos casos en los que te crees la versión de tus defendidos. No era el primer contacto que tenía con los oficiales del ejército dado que en tiempos tuve "familia política" de rango militar. Es un mundo aparte el de los militares muy impregnado por la honorabilidad de la conducta, así que sabía que a diferencia de lo que te suele ocurrir con muchos defendidos aquellos chavales me estaban contando la verdad, no habían hecho lo que se decía que habían hecho. Además la presión en la defensa era añadida pues en aquellos tiempos (y ahora) la versión de la policía en juicio prácticamente siempre se impone y estos chavales se jugaban su futuro militar pues una condena implicaría su expulsión. El juicio por tanto fue duro y peleado. Dándolo todo. El final en ese sentido fue feliz, el resultado del juicio, de algún modo salomónico no impidió la carrera militar de mis defendidos.

Estos días leía esta noticia, caso que ya fue noticia hace un tiempo. En resumen, había un fraude aprovechando los traslados de pilotos para poder aportar facturas falsas de mudanzas en los mismos cuyos gastos ficticios les eran pagados. Muchos pilotos, entre 40-80 podrían estar involucrados además del jefe de la trama. Se trata de una estafa o fraude que pagamos entre todos, pues el dinero defraudado era público, además de una trama interna del ejército algo que parece que no acabamos de erradicar como sabe cualquiera con unos mínimos conocimientos de historia militar (por ejemplo en la guerra de Africa).

La tesitura era importante. Al parecer tenemos unas 400 aeronaves en el ejército del aire y las promociones de la academia son entre 60-70 pilotos anuales. Los números arrojan la importancia que para el ejército del aire tendría que 80 pilotos fueran expulsados, no solo el coste de formación de los mismos sino la tardanza en recuperar ese "agujero". También arroja en otro sentido la cantidad de manzanas podridas en proporción.

La "solución" encontrada ha sido un acuerdo con el fiscal, devolución del dinero defraudado (qué menos), 3 meses de prisión que no se van a cumplir por no tener antecedentes y una pena que no supone la expulsión de la carrera militar. Desde todos los puntos de vista el acuerdo es favorable a los acusados y no lo es al sistema penal pues no cumple con ninguno de sus objetivos. Si hablamos en términos comparativos con otras sanciones penales que se ponen a otros delitos o conductas es vergonzante.

Cuando de repente me encuentro inmerso en una macrocausa penal, con decenas de imputados, tomos de investigación que van creciendo, etc. sé que mi mejor estrategia de defensa es no hacer absolutamente nada, estar como un camaleón jurídico sin ser percibido esperando que mi cliente pase desapercibido y olvidado y a una mala si se va a abrir juicio oral, sé que seguramente salvo que haya focos de atención pública (periodistas) ¿quien va a hacer un juicio contra 40 - 80 personas? Solo por el engorro manifiesto que puede aventurar cualquiera se puede ser consciente de que es dificil que se acuse a todos y se haga un juicio que dure semanas. Y quien va a profundizar durante la instrucción (investigación) en tomos y tomos de investigación buscando esos pequeños detalles que pueden sustentar una condena? pocos fiscales conozco que hagan eso y pocos jueces que superado el arreón inicial no se vean inmersos en otras causas a las que presten mayor interés y atención.

Son escenarios donde es difícil hablar de igualdad ante la ley. El rigor sancionador es mucho mayor en las conductas aisladas que precisamente por ello revisten menor peligrosidad y perjuicio, y sin embargo, por estas cuestiones tan humanas, el tratamiento de las más peligrosas socialmente es mucho más benévolo. Y qué decir si de quienes son acusados, pilotos, no entran en el estereotipo de la delincuencia en un país además que parece aplaudir la picaresca.

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