Día de elecciones. Extraño. Sensación de que el ejercicio democrático de participación en las elecciones es un espejismo, no por la contundencia de las encuestas previas sino por la futilidad que le da el conocimiento de que esos entes denominados "mercados" son capaces de tirar y poner gobiernos. Si han conseguido que dimita alguien como Berlusconi somos auténticos juguetes en sus manos.
Pero ante esta situación, hoy más que nunca, debemos ser conscientes de lo que significa democracia, no solo en la toma de decisiones o como sistema político, sino como idea inspiradora del desarrollo legislativo y de la aplicación de la norma, tanto por la Administración como por la Administración de Justicia. El sistema debe emanar del pueblo y funcionar para el pueblo. Demos.
Frente al Demos nos quieren imponer el Tecnos, un tecnos que no necesariamente atenderá al demos. Muchos ciudadanos acogen esta opción como buena, pero sin duda, no han reflexionado lo suficiente al respecto. Si lo aplicaramos al sistema judicial, yo les preguntaría, ¿quien prefiere que les juzgue? ¿una máquina o un ser humano capaz de empatizar? Estoy convencido de la respuesta que darían. Otra cosa es que eso sea lo que tenemos ahora.
Me apena que los partidos mayoritarios, aquellos que se alternan en el poder, no hayan entendido nada de las movilizaciones ciudadanas surgidas en torno a lo que se conoce como 15-M. Al margen de posiciones minoritarias o asamblearias, existe una base, cual es la de descontento por los partidos politicos por sentir que no representan a una importante parte de la gente. No se trata de demonizar o de eliminar a los partidos politicos, probablemente sean absolutamente imprescindibles, pero sí de revisar sus deficiencias actuales. Son ellos los unicos responsables de la crisis de confianza que sufren. Pero como tanto ocurre en este pais, es dificil que quien comete un error lo reconozca, paso previo a subsanarlo.
Creo que estamos en un punto de inflexión. Como la canción de R.E.M. It's the end of the world as we know it, pero no me siento bien. Nada será como antes. Pero como ciudadanos tenemos la obligación de tirar de la soga en la dirección necesaria. En la justa. Hacia el Demos.
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