Año de elecciones. Ayer las autonómicas de Andalucía, próximamente autonómicas y municipales, más tarde autonómicas en Cataluña y perspectiva de generales en un horizonte no muy lejano y dependiendo de los resultados que haya en las citadas. No solo eso, desde la perspectiva de las redes sociales puedo apreciar como muchos ciudadanos y conocidos se han involucrado en las mismas, algunos de ellos en listas tipo Ganemos para las municipales, y sobre todo en partidos no pertenecientes al bipartidismo. En este blog probablemente aparezcan entradas relacionadas con los procesos electorales desde una perspectiva jurídica para ayudar a muchos de esos ciudadanos que han decidido dar un paso adelante independientemente de la opción política que hayan elegido, con la valentía de quien dice basta ante un sistema que se desploma, hartos de corrupción, deshonestidad, sinvergüenzas y de decisiones políticas que obvian la situación de la mayoría de los ciudadanos.
La ley orgánica 5/85 del régimen electoral general es de un momento muy alejado del presente. No solo se trataba de un régimen democrático recién instaurado y con una mayoría de votantes que habían vivido una dictadura sino que la sociedad de aquellos tiempos tiene notables diferencias con la actual. Por un lado ciudadanos de aquel entonces deseosos de emprender un camino de democracia que les sacara de años oscuros y a los cuales había que proteger de malas prácticas y con los medios de comunicación como manera de generarse una opinión política. Actualmente como decía elogiosos ciudadanos que han decidido dar un paso al frente y hacer política con sus propios sistemas y medios de obtener la información intentando no formarse opinión mediante medios de comunicación en mayor o menor medida cómplices de partidos aliados con el bipartidismo y con intereses particulares frente a los generales. Actualmente se ha perdido mucho miedo al posicionamiento político. Muchas de las personas con las que interactuo en redes sociales muestran claramente sus apoyos políticos aunque sigue existiendo un apoyo secreto y no comunicado muy focalizado en el bipartidismo. Lo que los politólogos llaman voto oculto, fundamentalmente en el partido popular.
Los datos que nos ofrece el instituto nacional de estadística hace que entre el 70-80% de la población española son usuarios de redes sociales. En general podemos hablar de personas suficientemente formadas que no necesitan de una jornada de reflexión y muy probablemente tampoco de una campaña electoral habida cuenta que podemos hablar de una campaña electoral prácticamente continua con medios de comunicación tratando constantemente de generar opinión. En mi opinión personal podemos hablar de una ciudadanía con cada vez más acceso a la información.
Desde esta perspectiva conceptos como la campaña y la jornada de reflexión deben ser seriamente matizados. Y así, en este fin de semana he podido observar, como en otras ocasiones de los últimos años, como se inundan las redes sociales en dichas fechas de información generada por usuarios vinculados a una determinada opción política. El año pasado dediqué esta entrada en mi blog penal sobre la infracción de la jornada de reflexión desde el plano penal por los comentarios vertidos en redes sociales concluyendo en dicha reflexión, la conveniencia de suprimir estas prohibiciones habida cuenta estos nuevos usos sociales. No pienso que el voto se vea condicionado por estas actitudes cada vez más frecuentes, si bien probablemente sí que hay que extremar las precauciones en la propio jornada de votación por la conveniencia para todos de que dicho día haya una pulcritud y respeto extremo en el ejercicio del derecho de voto.
Con la legislación actual generan dudas determinadas acciones que podemos ver en redes sociales que pueden suponer una llamada a votar a un partido concreto tanto en la jornada de reflexión como el día de la votación y que podrían encuadrarse dentro del concepto de propaganda política que es la acción prohibida, superando el legítimo derecho a la libertad de expresión. Así prácticamente la totalidad de los partidos políticos, o sus simpatizantes, buscan generar trending topics en tuiter con hastaghs en los que aparece el nombre de la formación. ¿es realmente esta acción propaganda? Difícilmente podemos conceptuarla como tal cuando durante la jornada de reflexión y el propio día de las elecciones podemos convivir con propaganda clásica como carteles electorales. Así que sería positivo la modificación de la ley electoral adecuandola a estas nuevas situaciones y dejando claro qué y qué no se puede hacer, o estableciendo zonas seriamente protegidas (como ya lo son) como los colegios electorales.
También leía el otro día una página web específica que analiza la utilización de bots en twitter como tramas de utilización política. De este modo se generan redes no solo de falsos seguidores sino también de falsos usuarios tratando de transmitir la sensación de apoyo a determinados políticos o partidos o para precisamente favorecer la realización de los trending topics que mencionaba. Es decir, que no se trata ya de la vulneración de la jornada de reflexión o electoral. Los partidos políticos, o algunos miembros de los mismos, piensan que las redes sociales es un sitio necesario para captar votos. En mi opinión estas estrategias sustentadas en cuentas falsas son muy poco efectivas, pues como siempre digo lo que importa es la calidad de los usuarios (y una cuenta falsa tiene una calidad 0) y la clave del éxito en las redes sociales es la interacción entre personas (y un bot no es una persona).
Y algo parecido suelo decir sobre la estrategia de realización de trending topics. Su efectividad va poco más allá de conseguir involucrar a personas o hacerlas sentir participes de una acción y pertenencia a un grupo (cohesionar al grupo). Y aun siendo importante esta labor, no veo gran efectividad en acciones de propaganda, aunque como miembro de la brigada tuitera sí que defiendo la potencialidad de las redes sociales como herramienta para la realización de acciones micropolíticas, es decir para un objetivo concreto (como estamos haciendo nosotros con las tasas judiciales).
Aun así no deja de ser evidente el cada vez mayor uso de las redes sociales como un elemento de propaganda política. Siempre he puesto como ejemplo a Podemos como un partido político que ha sabido hacer un muy buen uso de las redes sociales, al menos hasta el momento. Por lo que sería conveniente adaptar la legislación electoral a estas nuevas formas de hacer política con el único objeto de generar seguridad jurídica.
Muy acertado Alfredo, y que me dice de los Trols que desde el anonimato en Campaña Electoral atacan las listas de los adversarios con datos de la vida privada de los candidatos, para que otro partido político saque ventaja. Estamos ante una nueva forma de delito electoral. Por supuesto que no habiendo una tipificación especifica es difícil lograr una condena, pero seria posible a través de la Junta Electoral de Zona descabezar al Trol????
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