Hay quien se ha animado estos días a escribir sobre estos temas y recogeré al final de la entrada algunas de esas reflexiones. Así que voy a tratar de exponer las mías de una manera sintética por si a alguien le sirve.
En torno al 90% de los abogados integran despachos de uno a tres profesionales como ya he comentado en este blog en más de una ocasión . Es un escenario que considero que irá hacia la desaparición pues lo considero como no sostenible por la propia demanda del mercado dirigida a servicios especializados y la imposibilidad de prestarlos desde despachos generalistas. A su vez el incremento de tareas (estrictamente jurídicas, marketing, relacional, captación de clientes, formación, etc.) y la escasez del tiempo coadyuvarán a ello.
El escenario futuro en mi opinión ha de afrontarse al menos desde estos parámetros: gestión del tiempo, utilización de las nuevas tecnologías, funcionamiento en red (colaboraciones).
El abogado actual no lleva en su adn el trabajo ni el pensamiento colaborativo. Todo lo contrario. Cuando analizamos el sistema de colaboración entre abogados nos encontramos con prácticas que tienen poco o más bien nada de colaborativas. El abogado entiende el trabajo colaborativo como un perjuicio económico (deja de facturar la totalidad de lo que podría facturar) en vez de afrontarlo desde términos de rentabilidad.
Así nos encontramos con supuestos como abogados que ceden o pasan determinados asuntos a cambio de garantizarse un porcentaje sobre la facturación del asunto que ninguna relación tiene con el reparto del trabajo, generando escenarios que a la larga van a ser foco de conflictos además que no se establece colaboración real entre abogados, ni sinergias o estrategias de crecimiento conjunto.
El futuro de esta abogacía pasa por algo muy distinto y que no voy a explicar en este blog. Solo decir que la importancia de la elección de los integrantes es esencial. Hay que creer verdaderamente en el aspecto colaborativo y en escenarios de ganar-ganar y no todo el mundo está preparado para ello.
La reflexión al respecto en el blog de marketingnize
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