Ayer se constituyeron ayuntamientos, algunos de los alcaldes vienen de plataformas ciudadanas e inmediatamente se sacaron a la luz unos tuits de uno de los concejales de Madrid, que expresaban unos chistes de dudoso gusto. Alguno de los cuales, el de los judíos en el cenicero recuerdo haber oído en innumerables ocasiones en mi juventud así como otros chistes similares. Muy probablemente en su día fuera contado por quien en estos días se escandaliza. Inmediatamente empezó ese revoltijo tan propio de las redes sociales y que tanto asusta como comenté en relación a la jauría que amaneció para el linchamiento de este otro energúmeno y sobre lo que ya escribí en su momento. De todos modos, cosas parecidas se han hecho recurrentemente con otros políticos de distintos partidos. Meterse con los tropiezos de Toni Cantó por ejemplo ha sido todo un clásico en tuiter.
Lo curioso es que en este país por el que nada se dimite, parezca tener más importancia expresiones salidas de tono que conductas claramente atentatorias contra el sentir democrático (esa rita barberá renunciando a su acta para no dar el bastón de mando o un lamentable tuit de ayer mismo del propio Mariano Rajoy) por no hablar de las conductas intrínsecamente incardinadas en la corrupción. Somos más tolerantes por lo visto con la corrupción que con los excesos verbales.
Lo curioso también es que mayoritariamente se está de acuerdo con el llamado derecho al olvido, pero luego no tenemos reparo alguno para desempolvar viejos comentarios en redes sociales, sacarlos fuera de contexto y armar un auto de fe con el que la inquisición de hace siglos palidecería. Yo mismo he visto comentarios ofensivos de quien ahora se erige en guardián de las buenas costumbres en redes sociales. Lo penoso es que esas conductas de guarda moral, casualmente siempre se dirigen contra miembros de una ideología contraría a la del que moraliza. ¿Casualmente he dicho? Qué cosas tengo.
Pero dicho lo anterior, la realidad se impone. Nuestro país es así y mi carrera política no tiene futuro. Yo mismo he usado la expresión "guillotina" en bastantes tuits, y en su momento acuñamos el #AK47 para definir una determinada actitud de algunos abogados. Así que debemos ser conscientes de cómo no existe pasado en internet, y ni siquiera prescripción y cancelación de antecedentes, y del extremo cuidado que tenemos que tener con lo que publicamos en redes sociales. Así puedes cometer un delito y con el paso de los años tus antecedentes estarán cancelados y nada se sabrá al respecto, pero una salida de tono será usada para azuzar a la masa contra ti (momento para recordar que gran nick es el de @masaenfurecida y que apropiado para lo que es tuiter).
Y luego lloraremos por las esquinas, y diremos que estamos cansados de tanto farsante en redes sociales, de tanto jabonoso hipócrita, de tantos falsos buenos días, de tanta espiral del silencio por la que no existe discrepancia ni debate, de tanta impostura y tan poca autenticidad.
Y sabéis lo que os digo? que os lo teneis bien merecido. Y que os jodais
Mayoritariamente de acuerdo con el derecho al olvido, dices? no esto de acuerdo.
ResponderEliminarPor cierto, ¿tu no has borrado nunca ningún tuit, Alfredo? yo creo que sí
Mayoritariamente digo, la mayoría de la gente está pro la posibilidad de borrar cosas de internet. No he borrado ningún tuit mio tiempo después. Alguno al segundo o dos segundos de publicarlo y la mayoría si contienen un error ortográfico o de otro tipo. De hecho ayer mismo recopile y volví a publicitar tuits "polémicos" míos.
EliminarNo seas ventajista en el anonimato y di quien eres :)