Ni inhábil de improductivo.
Andaba yo perezoso con el tema del blog, y con otras cosas, e incluso había recibido alguna “queja” últimamente diciendo que había reblandecido el discurso, y va el señor Ministro Gallardon (me resisto a llamarle excelencia, ilustrísimo o lo que proceda visto lo visto) y se destapa de inicio con insensateces y ala. A la tecla.
Ayer a través de twitter (nuevamente insisto en lo útil que es para informarse rápidamente) intuí lo que hoy he leído en el Heraldo, pero no me lo acaba de creer, y por ello y por la expresada abulia que me invadia, me resistí a buscarlo en la web.
Pues bien, lo que no creía que pudiera haber dicho, lo ha dicho. E incluso igual lo pretende hacer. Resulta que este señor, no ha tenido otra ocurrencia (y luego criticaban a otro “ocurrente” ya jubilado) que hallar la solución a todos los males de la justicia: ampliar los días hábiles. Hasta ahora, procesalmente, se respetaba un calendario procesal en el cual, el mes de agosto era considerado como inhábil (así como los festivos). Lo cual no quiere decir que no se realizaran trámites mientras tanto, pues los juzgados continúan funcionando y una pluralidad de procesos continúan su tramitación, tanto los penales en instrucción, como determinados procesos que son considerados urgentes, como un despido en el ámbito laboral.
Como bien han señalado ya otras personas antes que yo, día hábil no significa en la administración de justicia algo igual a productivo. Si lo que verdaderamente pretende el señor ministro es incrementar la eficacia y la eficiencia en dicha administración, algo que muchos (todos) agredeceriamos, no deja de causar sonrojo y manifestar total incompetencia, que la solución sea que “se trabaje en agosto”. Primero por lo ya expresado, por desconocer que ya se trabaja. Segundo porque esto supondría a los profesionales liberales (abogados y procuradores, y otros intervinientes como peritos) una carga más a la ya de por sí importante carga de nuestro trabajo. La imposibilidad de descansar. No hablo de agosto en particular. De descansar. De tener unas merecidas vacaciones para nuestro cuerpo y espíritu.
He de decir que conozco pocos abogados que disfruten de 30 días seguidos de vacaciones. Y que conozco pocos que puedan llegar a desconectar totalmente en sus vacaciones, sean los días que sean. Siempre habrá clientes con urgencias reales o irreales que te llamen, siempre habrá que estar pendiente de plazos, de correos electrónicos, de posibles notificaciones, de previsiones (“y si ocurre esto”), etc..
La simpleza de la propuesta del ministro es insultante. La agilización de los procesos no se consigue así, sino con voluntad y responsabilidad de los intervinientes. Con decisión de quienes ostentan cargos de responsabilidad en relación al control de la gestión de la administración de Justicia. Con apuestas valientes y firmes por la mejora de medios y el incremento del numero de juzgados. Por la plena consciencia de que es difícil que se imparta Justicia, cuando esta llega tarde.
Ya por ultimo no puedo resistirme a copiar literalmente esta parte del articulo periodístico mencionado:
El hecho de que se tramiten en España un 15% más de asuntos que en el país vecino cuando hay un 30% menos de ciudadanos significa que debemos "avanzar en austeridad y eficiencia", ha dicho.
Me resulta imposible comentar este párrafo, que si verdaderamente se ha dicho algo así, me podría ocasionar ser procesado por injurias. Como decimos por aquí: qué tendrán que ver los cojones para comer trigo.
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