Cuando doy sesiones sobre redes sociales para abogados (extrapolable a otros profesionales) hago especial énfasis en la generación de comunidades como uno de los grandes beneficios y valores positivos de la presencia en internet. La posibilidad de establecer redes como partícipe de una comunidad con otros internautas, juristas en este caso, en las cuales se aprende, se crea, se mejora, se crece como profesional.
La potencialidad de este tipo de comunidades es enorme y está aún por desarrollar. Hace unas semanas leía un intercambio de tuits entre Emilio Aparicio y Andrés Boix sobre la reforma de la ley de procedimiento administrativo y la posibilidad de hacer un estudio y visualicé una web (ya hizo un "experimento" Jose Muelas con una web para recoger enmiendas al Estatuto de la Abogacía) en la cual por materias o temas, los juristas que se mueven por internet pudieran hacer estudios de las normas en proyecto de ley, y generar propuestas de mejora de las mismas en un ejercicio de participación ciudadana, proponiendo enmiedas, interviniendo en trámites de información pública o aportando a partidos políticos para la tramitación parlamentaria, todo ello desde una perspectiva técnica. Las herramientas tecnológicas para ello están ahí y muy probablemente un buen número de juristas internautas dispuestos a esforzarse también.
No solo eso, en el poco tiempo que me asomé ayer a tuiter no encontré más que ideas y debates interesantes, el papel del notario en un futuro con la incorporación de las nuevas tecnologías y la custodia de comunicaciones telemáticas; la responsabilidad penal de los bots, asociado al internet de las cosas; la persecución penal y policial de virus informáticos, troyanos o de codificación y bloqueo de ficheros; y así sucesivamente.
No podía dejar de pensar en la potencialidad de sesiones formativas, seminarios, jornadas que podrían salir de estos temas y de la potencialidad creativa de trasladar y mantener este tipo de debates, sacar conclusiones, propuestas, etc. Todo ello comparado con el erial formativo y las nulas inquietudes al respecto que aprecio en mi ciudad y en particular en mi colegio de abogados.
Y que bien estaría que dado que el apoyo institucional es nulo en general, un aguerrido grupo de juristas fomentase y pusiese su esfuerzo en estas iniciativas. Algo que por otra parte ya se demostró en la organización y realización del seminario 20 de notable calidad sobre comunicación jurídica en redes sociales.
Ahí lo dejo a ver quien recoge el guante :)
No solo eso, en el poco tiempo que me asomé ayer a tuiter no encontré más que ideas y debates interesantes, el papel del notario en un futuro con la incorporación de las nuevas tecnologías y la custodia de comunicaciones telemáticas; la responsabilidad penal de los bots, asociado al internet de las cosas; la persecución penal y policial de virus informáticos, troyanos o de codificación y bloqueo de ficheros; y así sucesivamente.
No podía dejar de pensar en la potencialidad de sesiones formativas, seminarios, jornadas que podrían salir de estos temas y de la potencialidad creativa de trasladar y mantener este tipo de debates, sacar conclusiones, propuestas, etc. Todo ello comparado con el erial formativo y las nulas inquietudes al respecto que aprecio en mi ciudad y en particular en mi colegio de abogados.
Y que bien estaría que dado que el apoyo institucional es nulo en general, un aguerrido grupo de juristas fomentase y pusiese su esfuerzo en estas iniciativas. Algo que por otra parte ya se demostró en la organización y realización del seminario 20 de notable calidad sobre comunicación jurídica en redes sociales.
Ahí lo dejo a ver quien recoge el guante :)
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