jueves, 9 de abril de 2015

DIGNIFICAR EL TURNO DE OFICIO

Hoy toca hablar de la dignificación del turno de oficio, en apoyo a los compañeros de Madrid que van a protagonizar un encierro con esta cuestión. ¿sabías que la retribución media de un abogado del turno de oficio es de 2 euros hora? Conoces a algún profesional que preste un servicio tan delicado y de calidad con tan miserable retribución. Es incluso inferior al salario mínimo interprofesional

He escrito en diversas ocasiones al respecto en este blog, valga esta entrada explicativa por todas ellas sobre lo que supone ser un abogado de oficio. Lo cierto es que el aspecto retributivo no es la única reivindicación del colectivo durante mucho tiempo, la dignificación es mucho más, entendida también como la facilitación de nuestro trabajo con la debida consideración de la administración, la administración de justicia y los ciudadanos usuarios. Pues en esta batalla, en los conflictos generados, siempre es el colectivo de abogados y procuradores el pagano de todos los males, además de ser el pagano anticipado de todos los gastos, pues los profesionales sostienen con sus costes de despacho, desplazamientos, su tiempo, etc. todo este sistema.

Que la retribución sea tan ínfima es lo que evidencia la nula trascendencia que la Administración configura y da a la justicia gratuita, no le importa la calidad del servicio, ni la calidad de la justicia para los ciudadanos, y en este caso en particular para los más desfavorecidos, que son los usuarios habituales de la justicia gratuita.



Frente a ello un amplio colectivo, con sus luces y sombras, pero entre los cuales hay excelentes profesionales, muchos de ellos por absoluta vocación social, con el convencimiento de que la pertenencia al turno les hace perder tiempo, dinero y oportunidades. Aun así, a pesar de ello, de los desprecios y de la indignidad siguen al pie del cañón, porque son los únicos que creen en lo importante de su función y de que sea desempeñada con calidad, profesionalidad y empeño.

Pero las energías y esfuerzos se agotan. Los desprecios se hacen inasumibles y desde abajo, desde quien se chupa las guardias, los pasillos, las esperas, los sin sabores y los disgustos se empieza a levantar la voz de que basta ya. Harían bien los que están arriba en ser más sensibles con los verdaderos sostenedores del sistema, más allá de declaraciones programáticas, loas y alabanzas medidas y retratos políticos.

Hoy quiero estar aunque sea desde este blog con los compañeros que se encierran. Tienen todo mi apoyo

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