martes, 15 de julio de 2014

LA DELINCUENCIA ECONOMICA. REFLEXIONES DESDE EL CASO GOWEX

Vaya por delante la presunción de inocencia, de ahí que aunque estas reflexiones salgan en este momento desde el caso Gowex no hable de éste, sino en general de la delincuencia económica. Lo que ocurre es que casos como el de Gowex u otros como el de Bankia son paradigmáticos. En este caso si nos creeemos a los periodistas el propio CEO de la compañía Gowez ha reconocido falsear las cuentas durante varios años con el objetivo de engañar a inversores, como puede leerse aquí.

En el Código Penal existe el delito de estafa por el cual, mediando engaño se produce un perjuicio patrimonial en un sujeto que realiza un acto de disposición (habitualmente entregar dinero) que de otro modo, sin dicho engaño, no lo haría. Existen otros delitos específicos donde probablemente encajaría mejor lo que ha sucedido con Gowex. Pero habitualmente suele haber una diferencia importante entre el tratamiento penal de un sujeto que realiza una estafa (recuerden el timo de la estampita) y cuando lo realiza una "gran empresa". La sanción penal es mucho más dura para el fulano que para la empresa, partiendo además de que el perjuicio económico es sensiblemente superior cuando lo hace una empresa (compare lo ocurrido en el caso Gowex con un fulero de barrio).

Y no se trata solo de este tipo de casos tan esplendorosos, existen conductas empresariales claramente encajables en lo delictivo como las preferentes o algunas otras que nos pueden suscitar curiosidad pero que si pensamos en el fraude a gran escala, es decir, multiplicando el beneficio de cada engaño por cada consumidor engañado nos darían cifras brutales (vea este curioso vídeo donde se ve como los pesos de los alimentos frescos envasados no coinciden con lo declarado). Estas conductas son asimiladas a malas prácticas pero nunca a un delito, cuando lo son claramente, pero si lo hiciera una persona individual le caería todo el rigor del Código Penal.



La Criminología tiene claro que los delitos que mayor perjuicio económico generan al conjunto de la sociedad son los cometidos por los llamados delincuentes de cuello blanco (por los encorbatados) y sin embargo la sociedad percibe como de mayor peligrosidad conductas de menor intensidad: robos, hurtos, que ven duramente sancionados a sus autores. De hecho, no hay más que fijarse en la población reclusa para observar como las cárceles están llenas de delincuentes marginales, muchos de ellos con problemas mentales, mientras que es un número muy reducido el de los delincuentes de cuello blanco.

Concurre otro factor cual es que la persecución de los delitos de cuello blanco suele resultar mucho más dificultosa y duradera en el tiempo que la de instruir un robo realizado por un "mangui" (ahí pueden comparar los años que llevan instruyendose el caso Gurtel o el caso de los ERE) y una diferencia esencial, puedo afirmar que en este tipo de macrodelitos económicos y de cuello blanco es prácticamente imposible que aparezca todo el dinero defraudado, es casi seguro que el delincuente siempre conseguirá mantener fuera de la investigación policial y judicial (no hay más que ver como constantemente aparecen nuevas cuentas en suiza en la trama Gurtel) bolsas (no lo digo con doble sentido) de dinero negro que hacen que le merezca la pena delinquir, pues aun en el caso de que te pillen y siendo dura la estancia en prisión siempre tienes una millonada para tu jubilación (si sabes hacer bien las cosas, claro).

Sin embargo este tipo de asuntos tan ruidosos en prensa durante unos pocos días, preocupan poco a nuestros legisladores, siempre prestos a utilizar interesadamente la alarma social en otro tipo de casos (como el de José Bretón para hablar de la cadena perpetua o prisión permanente revisable), pero "casualmente" nunca motivan que se hable de una reforma del Código Penal o de dotar de mayores medios a jueces y policías para perseguir a los delincuentes de cuello blanco.

Nota.- Aqui puedes consultar el Auto que impone la libertad con fianza a Jenaro García presidente de Gowex

4 comentarios:

  1. Buen post amigo, que refleja toda la verdad de la situación. Dentro de mis vagos conocimientos jurídicos, de acuerdo con tu exposición.
    Lo que más me ha sorprendido del caso Gowex es que Jenaro (no confundir con Jenaro el de los 14) haya tenido 3 o 4 días de gracia para entregar su portátil, móvil etc. ¿Y eso por qué? Desconozco los motivos legales pero si tengo bien claro que se ha podido manipular información.

    Buen escrito amigo! Un abrazo

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    1. Gracias. Cosas de los juzgados, entre que se inicia el procedimiento, se cita, etc. Pero bueno, más tardó el juez ruz con el Pp :)

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  2. Bien relatado y mejor explicado. No suelo tocar el tema penal salvo que afecte a cuestiones civiles o mercantiles que tenga entre manos y mi exigua experiencia siempre ha sido frustrante en el sentido que apuntas: los delitos económicos solo caminan si son cometidos por mindunguis, desde que hay un poco de sustancia se intentan derivar una y otra vez a la vía civil como si fueran meros incumplimientos.
    En los juzgados y fiscalías la situación es peor, y no se suele comentar ni a ellos tampoco les gusta que se les comente: ni tienen formación económica ni la piden.
    En mi modesta opinión creo que es imprescindible crear una especie de economistas forenses adscritos a juzgados, que apoyen a jueces de instrucción y fiscalía en sede judicial y puedan incluso contrastar los datos e informes que les lleguen de CNP y GC.

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    1. Buena idea. Pero para que pasara eso debería haber una firme voluntad de perseguir ese tipo de delincuencia. Si le añadimos que hay casos en los cuales hay participación necesaria de políticos o algún político puede quedar como idiota, pues imaginemos la voluntad de esclarecer los mismos.

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