sábado, 2 de noviembre de 2013

GALLARDON Y LA MEDIACION

La mediación es un excelente sistema de resolución de conflictos. El mismo se caracteriza por facilitar la comunicación entre las partes, son estas las que llegan a un acuerdo y son por tanto propietarias y responsables de su cumplimiento, y todo ello en un proceso con menor coste temporal, económico y emocional que los sistemas tradiciones de resolver los conflictos, que además, como en el caso de los juzgados no garantizan una solución eficaz al problema planteado.

Sin embargo el planteamiento con el cual se está vendiendo la mediación por parte del ministerio de Justicia obedece a oscuras intenciones. Se está articulando un sistema por el cual se pretenden crear dos cauces de resolución de conflictos.

Uno el sistema tradicional. El acceso a los Tribunales de Justicia que actualmente se ve limitado por las tasas judiciales. De lo que aquí se trata es de reducir el uso de estos tribunales solo para determinados colectivos de privilegiados y que quien no pueda pagar los costes del mismo, fundamentalmente la tasa, acuda a la justicia gratuita.

Y que pasa con aquellos que no son unos privilegiados y que no cumplen los requisitos para la concesión de la justicia gratuita? El plan ministerial es sencillo, que todo ese colectivo acuda a la mediación.

Para que este plan funcione, la mediación habrá de configurarse como un sistema eminentemente barato y sin coste para el Estado. Como se está promoviendo? Generando una burbuja de mediadores que se está "formando" sin criterio ni control, sin un reglamento que establezca contenidos ni duración mínima de los cursos, para que una vez haya un elevado número de ellos, la propia competencia entre mediadores conduzca a una reducción misérrima de precios.

No solo eso. Ese sistema alternativo de resolución de conflictos le resulta totalmente gratuito al Estado, que no ha costeado esa formación, que no tiene que invertir en infraestructuras ni va a tener costes de personal.

Este escenario no redunda en favor de la mediación. En absoluto. Un sistema crudo de competencia de precios, sin una formación controlada ni unos mínimos para el ejercicio profesional, redundará con toda seguridad en baja calidad de prestación de los servicios.

Pero esto poco importa el Ministerio, centrado en satisfacer los intereses de unos pocos.

2 comentarios:

  1. Yo me quedo con este pasaje tuyo:
    "Generando una burbuja de mediadores que se está "formando" sin criterio ni control, sin un reglamento que establezca contenidos ni duración mínima de los cursos,..."
    Es una disciplina de la psicología metida con calzador. A ver cómo medias en una violencia de género o cuando un propietario moroso no quiere pagar a la comunidad de vecinos, etc.

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    1. No seas tan negativo. La mediación ofrece muchas posibilidades. Yo soy un total "convencido" de lo positivo que puede aportar, siempre y cuando intervengan mediadores de calidad.

      Precisamente, creo que en aquellos conflictos que encontramos o intuimos más difíciles de resolver, es donde puede ser el medio de mayor éxito, frente a los sistemas tradicionales.

      Se trata de darle una oportunidad. No hay nada malo en probar a ver si funciona.

      Eso sí. Hay cosas a las que se denomina mediación que en mi opinión no son mediación. Como por ejemplo la nueva mediación concursal introducida por la ley de emprendedores. Eso no es mediación. Pero ya escribire sobre eso

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