O más bien de Laura con Mamadou. Antes de ello debo decir que la profesión te hace regalos y uno de ellos es conocer a personas. Creo que la profesión me ha hecho el regalo de conocer a Laura ya hace unos años. Laura es también abogada, abogada de extranjería. A pesar de se dos personas muy distintas Laura y yo tenemos cosas importantes en común y una de ellas es el pensamiento en colectivo, el anteponer el interés grupal al individual y el tener un gran sentido de la libertad que como tal incluye respetar al resto de las personas (algo que no es muy frecuente).
Anoche gracias a Laura y a Mamadou tuve la sensación de ser partícipe de un momento mágico y especial. Un grupo de personas coincidimos en un determinado momento y espacio para celebrar la historia que os voy a contar. Algunos ya nos conociamos, otros era la primera vez que nos veiamos o con algunos habiamos coincidido ocasionalmente. Un par ni siquiera sabían la historia que nos hizo confluir. El nexo en común en todo caso era Laura cuya casa es una especie de punto telúrico donde confluyen energías y personas, que van y vienen, están de paso, residen, aparecen para algo. Anoche eramos esas personas que de alguna manera parecíamos encontrados y sintonizados. Todo ello acorde a lo que se celebraba.
La palabra que utilizo para definir a Laura es energía. No soy el único que la define así. Una auténtica fuerza que remueve montañas y pone esfuerzo en que se realice aquello que la motiva. Esa energía fluye también en su carácter de abogada, pues los abogados somos muy distintos y de muy distintos tipos. Así Laura y yo hacemos una pareja profesional muy compenetrada, su impulso y energía combinada con mi pausa y reflexión suponen una muy positiva combinación.
¿Y qué pinta Mamadou en todo esto? La historia de Mamadou es muy común a la de muchos otros inmigrantes. Mamadou viene de Senegal y hace años que conoció a Laura y que Laura es su abogada. Laura lleva años intentando que Mamadou pueda estar tranquilo en España, pues no otro es su trabajo, que Mamadou tenga la ansiada estabilidad que se sustenta sobre que tenga un permiso de trabajo y de residencia y que no lo pierda. Así que han sido años de intentarlo, no conseguirlo, conseguir la autorización pero perderla, entre medias que a Mamadou le abran un expediente de expulsión, que nuevamente lo intenten y que de ese modo pueda revocar la expulsión y ahí estaban Laura y Mamadou hace unos días cuando parecía que el destino o los astros se pusieron en contra. La policía pidió la documentación a Mamadou, comprobaron que tenía un sanción de expulsión y un juez pese a nuevamente todo el esfuerzo de Laura ordenó su internamiento en el CIE.
Mamadou es músico. Cantante. Tiene una suave y dulce voz que contrasta con su altura y corpulencia. Y tiene amigos (blancos españoles) con los que toca. Mamadou tiene un disco y una de sus canciones está compuesta para Laura. Y así se llama. Y en ella Mamadou canta que cuando él tiene un problema y le coge la policía por la noche Laura va a ayudarlo y lo saca. O por la tarde. O en cualquier momento del día.
Ayer Laura nos contaba que entre toda la documentación que llevó a la vista para evitar el internamiento también se llevó el disco, como si el disco pudiera hacer entender a un fiscal y a un juez que lo que se expulsan son personas y lo especial que es Mamadou. No sirvió de nada. El juez ordenó el internamiento en el CIE y allí fue Mamadou a esperar el avión que le expulsaría a Senegal.
Pero ya he dicho antes que Laura es energía y empeño. Y Laura se empeñó en que Mamadou no iba a ser expulsado. Donde otro se hubiera rendido, ella no. Buscó como revocar la resolución que denegaba el último recurso puesto, cuando tras superar el primer impacto del internamiento en el CIE tuvo la claridad de lo que debía hacer. Cada día de esa semana me contaba lo que iba a hacer y allí la visualizaba, yendo de una dependencia y funcionario a otro, hablando con policías, brigada de extranjeros, con el CIE. Horas y horas de un sitio a otro, insistiendo. En definitiva, haciendo entender que detrás de cada expediente hay una persona. Y que no podemos perder esa perspectiva. No se expulsaba a un inmigrante más de tantos. Se expulsaba a Mamadou. Cada inmigrante expulsado tiene un nombre, una historia, una familia, unos amigos, un proyecto, unas esperanzas y unas emociones. Una vida.
Y Laura consiguió su objetivo, modificar la resolución, que Mamadou tenga ahora autorización de residencia y trabajo, que se le revocara la expulsión que saliera del CIE y que anoche varias personas fueramos afortunados de compartir un espacio y un momento donde los amigos de Mamadou trajeron sus instrumentos y tocaron y Mamadou cantó y otros simplemente aportamos nuestra esencia, nuestro calor y nuestra alegría por compartir todo eso. Y naturalmente Mamadou cantó su canción a Laura.
Sí, hay muchos tipos de abogados. Yo tengo la suerte de tratar especialmente con unos muy especiales, los abogados de extranjería, que son (somos en ese reducto que tengo a fuego en mi corazón y que nunca dejaré de ser me dedique al derecho que me dedique) incombustibles, esforzados y sobre todo que nunca se rinden.
Y tengo la suerte de poder trabajar codo con codo con Laura.