sábado, 26 de mayo de 2018

V CERTAMEN MILLENNIUM

Ayer tuve la oportunidad de participar en el ya V Certamen Millennium de Derecho Internacional Privado. Quien me iba a decir a mi, que durante la carrera de Derecho y en parte importantísima por el profesor que sufrimos acabé aborreciendo el Derecho Internacional Privado, que iba a acabar dedicando buena parte de mi ejercicio profesional a la extranjería y que iba a acabar asistiendo, sin nadie que me apuntara con una escopeta, a un evento de estas características.

Mi presencia se debió sin duda a Pilar Diago, catedrática de Derecho Internacional Privado de la universidad de Zaragoza, alma de la Plataforma Millenium y a que ha sabido crear un equipo de importantes colaboradores y amantes de esa materia, como año tras año, motivar y animar a los alumnos en el estudio de la citada asignatura. Pilar no duda en usar las redes sociales como twitter, web, etc. para dinamizar la enseñanza y enganchar a esos jóvenes juristas. Como sufridor en su día de un profesor totalmente desmotivador, me encantan las iniciativas de Pilar Diago a la que le reconozco mayor mérito por realizarlo en un institución que como tal es caduca y reacia a los cambios.

El certamen Millenium conjuga por un lado la reunión de jóvenes científicos estudiosos de la materia, profesionales y alumnos, consiguiendo un equilibrio y armonía que parece mucho más sencillo de lo que es. A lo largo del mismo se suceden diferentes exposiciones, y tenía ganas de que la agenda me permitiera acudir para una vez visto como oyente, animarme a participar presentando una comunicación en alguna de sus ediciones.



Este año, la oportunidad de acudir fue directa. Pilar nos pidió a mi y a otro compañero y amigo, Roberto Ferrer, el ser asesores técnicos del Tribunal en una categoría concreta: carteles. Los alumnos realizan un cartel / poster en el que se expone un caso o tema de derecho internacional privado, confiando Pilar en nuestra mentalidad de nuevas tecnologías para valorar aspectos comunicativos de los citados carteles. Un planteamiento innovador y necesario, pues los juristas tienen una asignatura pendiente, la comunicación, e incorporar nuevas maneras y métodos de hacerlo es absolutamente innovador en una institución como la Universidad (y quien dice Universidad dice otras instituciones de juristas).

Como le decía a Pilar, valoro mucho sus iniciativas. Hacer cosas diferentes suele conllevar escenarios de hostilidad, pues hacer cosas supone dejar en evidencia a quien no las hace, y mantener una línea plana y continuista en las instituciones tiene mucho que ver con ocultar incapacidades. Y eso también podemos extrapolarlo a otras instituciones de juristas.

En resumen del día, conocí a personas y profesionales muy interesantes a las que espero volver a encontrar en un futuro, disfruté mucho del día, tuve la oportunidad de charlar con Antonio Ripoll, notario de Alicante, que nos seguimos hace tiempo en tuiter, y espero que siga habiendo muchos más certamenes MIllennium y ojala esta iniciativa fuera copiada por otras cátedras o se hiciera algún envento similar sobre materias concretas.

lunes, 21 de mayo de 2018

PARTICIPACION COLEGIAL: ENMIENDAS A PRESUPUESTOS

En diversas ocasiones he expresado mi opinión de que, siendo crítico con los sistemas de participación de los colegiados, es conveniente utilizar al menos los que se tienen. Así, al menos en lo que respecta a mi colegio, Zaragoza, es muy escasa la asistencia a las Juntas Generales y al uso de las enmiedas a los presupuestos de los Colegios.

Compartía con un asistente a las Jornadas de Extranjería una anécdota en relación a algo que a muchos colegiados nos parece anacrónico: los Coros de los Colegios de Abogados. Esta actividad cultural, que algunos compañeros (es difícil discriminar si muchos o pocos) consideran que no debe estar subvencionada con cargo a los presupuestos colegiales y que sea costeada por los cantores en cuestión. Me contaba (no voy a decir el Colegio en cuestión) como un compañero había manifestado vía enmienda a los presupuestos la anulación de la partida en cuestión y se había llevado una reprimenda con notable hostilidad.

Poco pueden presumir los Colegios de Abogados de fomentar la participación si los pocos cauces legales que se tienen, generan hostilidad hacia quien los usa. Los mecanismos democráticos están para usarlos, y así las enmiendas se someten a la votación de la asamblea, que para eso está, Y dice poco y malo de un Colegio que vea con hostilidad a quien plantea una iniciativa democrática.

Curiosamente hace dos años, en un momento de aburrimiento, estuve a punto de emplear mi tiempo en hacer una enmienda similar en mi Colegio. Hice otra antes y la del Coro se quedo sin hacer y luego como uno va saturado de tiempo lo deja estar. Esa enmienda que presenté tuvo poco recorrido pues la enmienda fue coincidente con una decisión ya tomada por la Junta (suprimir la revista de papel y que se cambiara por una revista telemática), pero la experiencia me sirvió (la recepción de la enmienda fue distinta y se entendió sin mayor problema) para comprobar que fui el único (ponga el adjetivo que quiera) que hizo algo así. El tramite de enmiendas parece un tramite sin uso alguno por los colegiados.

Soy hater declarado del Coro

No me gusta que en las organizaciones en las que estoy, con responsabilidades o sin ellas, no haya un clima de particpación y en ello tiene tanta responsabilidad quien teniendo la responsabilidad gubernativa de articular y abrir cauces de participación no lo hace ni lo fomenta, como de los integrantes por no usarlo.

Así que desde aquí, os animo a este año presentar enmiendas, la del Coro o la que sea, en todos los Colegios, y desde luego espero que la actitud de los mismos sea aperturista y no entiendan el ejercicio democrático de derechos como algo incómodo.

Si queremos criticar las instituciones, al menos demostremos en la práctica con su uso que los canales existentes son insuficientes.

Y si las enmiendas prosperan, de paso nos echamos unas risas :)

martes, 15 de mayo de 2018

NEGOCIACION DE BAREMOS DEL TURNO DE OFICIO

Anda el patio de los abogados del turno de oficio revuelto y descontento (los procuradores deberían estarlo por más razones, pues perciben auténticas miserias, pero no los veo revueltos ni exteriorizando su descontento) entre otras razones porque las retribuciones (indemnizaciones es la palabra técnicamente correcta) son como digo míseras y parece muy probable que en pocos días el ministro Catalá anuncie una actualización de dichos baremos que llamará a la engañifa pues con toda probabilidad no supondrá recuperar la actualización de cantidades desde que fueron congeladas años ha. El problema de partida es que ya entonces eran una mierda (se me permita la expresión) con lo cual si actualizas una mierda, lo que acabas teniendo es una mierda actualizada.

Quien dice Catalá, ministro de Justicia, dice otras Comunidades Autónomas pues en el despiporre autonómico de la atribución de competencias hay lo que se llama un territorio ministerio (dependiente del Ministerio de Justicia) y otras Comunidades Autónomas lo que hace que cada uno de esos territorios tenga unos baremos de retribuciones distintas y la sensación de enfado por agravio comparativo entre unos profesionales y otros según donde presten un mismo servicio (turno de oficio), pero esto es otra cuestión en la que no voy a entrar.

En lo que quiero entrar en esta entrada es en manifestar públicamente lo que considero que es un error de nuestros representantes en las negociaciones de los baremos con las Administraciones. Y si no es como yo digo, que me den la información al respecto y gustosamente, me retractaré de lo aquí indicado.

Cambiemos el escenario, y usted amable lector, imaginese yendo a comprar un coche. ¿Se acercaría al concesionario más cercano y compraría el primer coche que le entrara por el ojo y pagaría el precio que le indicara el vendedor? Apuesto a que la mayoría me contestará que no, que visitará varios concesionarios y varias marcas para tener como referencia cual es el margen de precios y poder tomar la decisión y negociar un precio con el vendedor.

Otro escenario, es víctima o abogado de una víctima de accidente de tráfico. ¿se sentaría en la mesa de la compañía de seguros y aceptaría la oferta que le hicieran? Seguro que también me contestan que no, que harían un estudio previo conforme a los baremos de accidente de tráfico para calcular cuales son las cifras correctas desde las cuales realizar una negociación con la compañía.

Entonces ahora me pregunto yo. ¿Cómo estamos negociando los baremos del turno de oficio?

Uno de los grandes déficits de los despachos de abogados es la incorporación de conocimientos de gestión empresarial a su actividad y lo vemos entre otras cosas, a la hora de fijar los precios. En mi opinión, para negociar correctamente los baremos se deberían de tener en cuenta, entre otras cuestiones, las siguientes:

a) los costes repercutidos, pues los precios han de tener en cuenta los costes de estructura necesarios para el desarrollo de esa actividad. Deberían estimarse unos costes / hora de gastos de despacho (despacho, luz, material, etc.)

b) debería hacerse una estimación de las horas dedicadas a un asunto medio, lo que debería incluir segmentar esos asuntos: no es lo mismo un asunto de familia (divorcio), que un despido, o que un ordinario civil o que un procedimiento administrativo de extranjería.

c) las horas (tiempo) de tareas burocráticas asociadas al turno de oficio, rellenar documentación, buscar la justificación, acreditación, etc.

d) retraso en el cobro. Desde que se inicia un procedimiento hasta su cobro (dependiendo de cada territorio aquí también tendremos que tener diferencias) pasa un tiempo que también ha de ser traducido en una contraprestación económica, pues lo que se está haciendo es financiar un servicio a la administración.

Así, que seguro dejandome algún extremo a evaluar, pues yo no soy quien tiene la responsabilidad de negociar estas cosas nos saldría una fórmula tal que así:

Costes hora + precio hora + financiación por retraso

Siendo las horas como digo, estudiadas previamente y segmentadas en una clasificación de asuntos y sumadas a las de tareas burocráticas.

Y luego solo queda determinar lo que entendemos por un precio hora digno, precio hora que a la hora de fijarse tendrá que tener en cuenta aspectos como el valor del trabajo que desempeñamos, nuestro conocimiento y profesionalidad, la responsabilidad inherente, etc. Que entiendo que no ha de ser el precio de mercado y que se puede ser flexible en esto. Y aplicando ese precio hora a la ecuación anterior tendremos una referencia de baremos a negociar.

Luego se les dice a los abogados, mire, usted va a cobrar a este precio neto / hora. Y luego ya cada cual, libremente y por su motivación y circunstancias decidirá integrar el turno o no integrarlo, pero habida cuenta que hay lugares donde hay compañeros que están prestando el turno obligados (sí, obligados) y que desde el Consejo General de la Abogacía Española se aplaudió con las orejas (yo creo que el día que se tire un cuesco el ministro la ovación será de órdago) la reforma de la ley de justicia gratuita que supone que legalmente estamos obligados a prestarlo, por lo menos que se haga con retribuciones dignas.

Y es que además, en una negociación si tú explicas de donde te sacas los números que pides, es más fácil obtener una respuesta positiva, que todo hay que decirlo.

Y ojo, que puedo estar equivocado y que haya sistemas mejores para la determinación de esos objetivos de negociación, pero por lo visto o aprendido parece que suelen reducirse esas negociaciones a objetivos de incremento porcentual, con lo que vuelvo a lo que decía al inicio. Si incrementas porcentualmente una mierda, lo que acabas teniendo es una mierda más grande.



El post está escrito desde la crítica (que tanto molesta y sus consecuencias tiene para este humilde autor del blog, pues es más fácil cargar hacia abajo que hacia arriba), pero desde la crítica constructiva a ver si sirve para mejorar el sistema y las negociaciones