Como digo seguiré la costumbre, pues este año he aprendido algunas cosas y una de ellas es como tu entorno te influye, te ata y te dificulta evolucionar. Estas costumbres no dejan de ser amarres colectivos que intentan mantenerte en el camino convencionalmente marcado para que no te separes de el, así que le seguiré hoy y estos días el juego a ese convencionalismo y haré evaluación de un ciclo inexistente, el anual como bloguero.
Llevo unas semanas en un proceso de disociación del blog. Se nota en las entradas y en como he reducido la frecuencia de publicación de las mismas. El blog y yo somos en estos momentos amantes esquivos que no hallamos lugar para el encuentro. Hace un año me puse como objetivo incrementar el número de entradas tratando de lograr prácticamente una entrada diaria entre los tres blogs. Paradójicamente el blog que más ha incrementado su actividad en términos proporcionales es el dedicado a la extranjeria que es precisamente un área que mantenía latente y alejada por inercia de años ya hace tiempo pasados en lo profesional. Y este año pasado ha sido de reencuentro profesional con esa área algo de lo que hablaré en otra entrada.
Y es que es difícil planificar. La vida muchas veces se empeña e indicarte otros caminos. Comparto con muchos técnicos la importancia de marcarte objetivos profesionales, tener una programación y planificación. Pero eso trasladado al mundo del blog puede generar blogs muy buenos técnicamente pero sin alma, sin esencia y sin personalidad. Tener un blog en el que espartanamente publicas con la frecuencia que te marcas como objetivo puede conducirte a una amalgama de entradas que poco dicen de ti. O que rascando un poco la superficie se vea y se perciba que simplemente es una herramienta que busca objetivos individuales.
Y no quiero esos lectores.
Creo que de ahí vienen esas semanas de disociación y de falta de complicidad entre el blog y yo. El blog como he escrito en alguna ocasión solo me ha traído cosas buenas. Así que tengo que revertir esos últimos meses y volver a enfocar el camino como en otros aspectos de mi vida. Como aproximadamente a mitad de este año conseguí enfocar, aunque luego me esta cara y no progresará. Este mundo, el del blog, iba a ser uno menos que no reflejara mi propio proceso vital.
Así que nuevamente reenfocado y como consecuencia de ello lo que debo hacer es limitarme a escribir sobre lo que me apetezca cuando me apetezca. Sintiendo y viviendo desde el presente. Sin miradas al pasado ni planificaciones de futuro. Y entonces el blog tendrá plena esencia.
Si has llegado hasta el final, es que eres un lector fiel. De los que quiero que se queden.
Lo convencional manda que te desee un feliz año, pero te deseo más, que tu camino sea constante en aquello que te haga ser feliz.