miércoles, 19 de marzo de 2014

APRENDIZAJE DE LA ABOGACIA: PARTE 3

Tercera entrada que dedico a reflexiones derivadas de la presencia en mi despacho de una alumna del practicum de la licenciatura en Derecho de la Universidad de Zaragoza y diversas cuestiones relacionadas con el aprendizaje, tras esta primera entrada y esta otra segunda.

EL ERROR

La palabra "error" es algo que genera notable aprensión entre los profesionales. Vivimos de espaldas al mismo, negando la posibilidad de su existencia, pero a la vez, como abogados, precisamente lo que hacemos es detectar los errores cometidos, bien en un expediente administrativo, en una instrucción de un delito, por el contrario a la hora de poner una demanda, para poder aprovechar los efectos del mismo en beneficio de nuestros clientes, y así sucesivamente.

Por tanto debemos acostumbrarnos a trabajar con el error, así como a ser conscientes de que somos susceptibles de comerterlo, con el fin de poder incorporar a nuestro trabajo los elementos y controles de calidad que reduzcan la comisión de los mismos.

Esto es algo intrínsecamente unido también a la responsabilidad en la toma de decisiones, es decir, al hecho de que las decisiones que tomemos, en una vista por ejemplo, o los consejos u orientaciones que podamos dar, pueden en un determinado momento conducir al error.

Lo que no se puede hacer en mi opinión es vivir de espaldas al error o negarlo. Solo siendo conscientes de la posibilidad del mismo, conseguiremos mejorar día a día la prestación de nuestro servicio como abogado.

LA JURISPRUDENCIA

Considero que a la hora de preparar un determinado tema o asunto es esencial la consulta de jurisprudencia al respecto. Veo que los alumnos de la facultad, por la falta de práctica en su uso, y por qué no decirlo, por cierta contaminación de las películas americanas, entienden por buscar jurisprudencia el tratar de encontrar un supuesto sustancialmente idéntico que ha sido resuelto de la manera que entendemos que es más favorable a nuestros intereses

Desde luego es cierto que si hallamos tales sentencias nos van a venir muy bien, pero en mi opinión, no debemos concentrar los efectos positivos de la jurisprudencia solo a estas circunstancias tan concretas. Del estudio de la sentencias, incluso aquellas que son desestimatorias y contrarias a los intereses que defendemos como abogados, podemos aprender cuestiones: cómo se ha planteado un asunto, qué se ha intentado, qué no se ha intentado y por eso ha podido dictarse una sentencia desestimatoria, etc.

LA PLANIFICACION

Los abogados carecen en la mayoría de las ocasiones de formación específica de gestión empresarial, y de este modo hay conceptos que les resultan extraños al ejercicio. Defiendo que incorporar aspectos relacionados con la gestión empresarial mejora la actividad profesional, la optimiza y rentabiliza, haciendonos más competitivos.

Debemos acostumbrarnos a usar la planificación, a la hora de abordar las tareas a desarrollar durante un periodo de tiempo. Es cierto que estamos sometidos también a variables que pueden afectar a la planificación: notificaciones, acciones de urgencia, etc.; pero para ello deberemos precisamente incorporar a dicha planificación los elementos de previsión que permitan incorporar esas variables.




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