sábado, 19 de abril de 2014

CORRUPCION Y FORMACION MARCA ESPAÑA

Salta la noticia en relación al posible fraude en cursos de formación en Andalucía, y de repente todo ese extraño concepto que es la opinión pública, se escandaliza, se mesa los cabellos, se tira ceniza por la cabeza, se arrastra y clama.

Cuando acabé la carrera había una situación con elementos similares a la actualidad, entre ellos mucho paro y poco futuro inmediato para los licenciados. Oposité durante trece meses, trece días, trece horas, trece minutos y trece segundos, y teniendo pendiente la prestación social sustitutoria poco podía hacer salvo formarme.

Así que participé en varios cursos programados por el INEM. Me sorprendió la reiteración de los mismos, lo que yo entendía poca adecuación al mercado de trabajo (dudaba de que hubiera puestos de trabajo en esos temas) y sobre todo la baja calidad de sus formadores. Pero no había otra cosa que hacer, así que aproveché para complementar mi formación en aquellos aspectos que cojeaba, es decir, en temas relacionados con la gestión empresarial, marketing, etc.

Me di cuenta que poco importaba a los organizadores la formación y cualificación que recibieramos. Lo importante era que el curso se completara, que firmaramos la asistencia y de ese modo poder recibir el pago de los cursos por parte de la Administración. Poco le importaba también a la Administración la formación que recibíamos.

Con el paso de los años tuve la ocasión de ver diochos cursos desde otra perspectiva, trabando contacto con empresas que se dedicaban a la formación. Al reducirse el número de desempleados lo que les interesaba a estas empresas era poder encontrar gente que realizara los cursos que venían programando desde hace años. En ningún momento vi que les interesara cambiar su oferta, ni el modelo establecido.

El mundo de los cursos de formación subvencionados ha sido un negocio para muchos durante muchos años. Entre ellos para asociaciones empresariales y sindicatos mayoritarios, que les ha servido como una manera más de poder sostener sus cuentas de resultados y mantener sus superestructuras. De hecho no solo eso, era otra manera más de justificar su propia existencia, así su area de influencia se iba extendiendo a todos los sectores, querían garantizarse la mayor parte del pastel de las subvenciones, de manera cuasi oligopólica, ocupando una posición preponderante y excluyente, dificultando el funcionamiento de otras organizaciones y otros planteamientos. Por parte de la administración, el reparto de subvenciones también garantizaba un status quo o mantenimiento de un sistema quid pro quo. Te doy y me das.

¿Alguien se ha preocupado porque se programara una formación adecuada para generar nuevos empleos, nuevos sectores productivos, ayudar verdaderamente a montar empresas? No. Como tantas cosas en este país funcionaba como una rueda en movimiento sin saber muy bien hacia donde conducía ese movimiento. O más bien sin importarles la dirección. Sólo les preocupaba que siguiera en movimiento pues era una manera de reparto de dinero, fundamentalmente proveniente de Europa.

Lamentablemente, no sólo ha sido una pérdida de dinero sino de tiempo. Un tiempo que podía haber estado destinado a modificar nuestros sectores productivos, generar nuevos nichos de empleo, desarrollar otros sectores productivos, etc.

Luego nos sorprendemos cuando pasan estas cosas como se nos mira desde Europa, y no somos conscientes del perjuicio que supone para la totalidad de la sociedad derivada de la normal y lógica falta de confianza en quienes rigen nuestros destinos.

Y por último, ¿de verdad la gente es tan estúpida para pensar que NADIE durante todos estos años, sabía esto? y ¿la gente es tan estúpida para pensar que es algo exclusivo de Andalucía? y digo NADIE extendiendome tanto a los que ahora miran para otro lado, como para los que ahora lo critican.

Te imaginas, lector, que se hubieran gestionado esos fondos con eficacia y eficiencia, generando sectores productivos nuevos, nuevos profesionales, atendiendo a demandas razonables de empleo y creando los mismos, que se hubieran diseñado planes formativos, que se hubiera abierto la formación a formadores de calidad y que no hubiera sido un negocio más.

Pues si te lo imaginas te estás imaginando otro país. Porque eso, lamentablemente, no es Marca España.

It, the economy stupid, decía Bill Clinton. Ahora habría que decir, "Es el sistema, estúpido".

2 comentarios:

  1. Bueno, así nos va, porque somos lo que somos, de esta manera de ser se derivan los políticos que tenemos que no son mas que un reflejo de nuestra sociedad, en fin, es cuando uno se pregunta que fue primero, el huevo o la gallina.
    A veces se alegra uno de ser viejo y tener la certeza de desaparecer pronto de esta mierda.
    Me alegro de saludarte y leer que tu cabeza sigue estando tan bien amoblada como siempre lo estuvo.
    Salud y abrazo

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    1. Me alegra leerte Genin, como siempre.

      Parece que en este país, la corrupción es sistémica y no hay manera. Pero hay que pensar como solucionarlo.

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