La abogacía es una profesión a la que podemos dar nuestra impronta
personal y nuestra manera de ser marca mucho la manera en que la ejercemos. Una
impronta es que soy aragonés. Ser aragonés implica ser perseverante, no
desanimarse y continuar adelante por muchos obstáculos que uno tenga delante.
Creo que como abogado soy así, siempre saltando obstáculos teniendo claro el
objetivo a conseguir y sin parar de luchar hasta el final. Y es que un
zaragozano tiene marcado aquello de que “entre los muertos habrá siempre una
lengua viva para decir que Zaragoza no se rinde”
Soy montañero. Ya no subo tantos picos como hace años, pero nunca se
deja de ser montañero. La montaña es un escuela donde aprendes cosas que no
aprendes en otros lugares de tu vida: solidaridad, compañerismo, esfuerzo y
sobre todo te ubica. Escalas montañas que llevan millones de años ahí. Eres
insignificante temporal y espacialmente. Y si un día la naturaleza muestra toda
su energía y su fuerza, no eres nada ni nadie contra ella. Subir una montaña no
es más que un reto que te pones y te propones conseguir al que destinas tu
energía. Además de las buenas experiencias vives situaciones extremas que te
enseñan lo que verdaderamente es importante en la vida y en tu vida. Como
abogado es importante saber priorizar, detectar intereses, ser esforzado y no
sobrevalorarte ni minusvalorar tu entorno.
Desde pequeño, muy pequeño, me recuerdo rebelde ante la injusticia. Un
niño que no se podía quedar callado ni tolerar una injusticia, que salía a
defender a otros cuando entendía que tenía que hacerlo. Cuando veo una
situación que entiendo injusta y se me revuelven las tripas mi primer impulso
es la acción, pensar qué se puede hacer. Un abogado no puede permanecer
impasible ante la injusticia ni ante la lesión de derechos y libertades.
Unido a lo anterior me considero una persona comprometida en causas
sociales. Creo que todo individuo tiene una responsabilidad para con los otros,
para con su entorno más cercano, para con la sociedad. Que los abogados como
ciudadanos tenemos una deuda con el resto de la sociedad a la cual debemos
aportar nuestros conocimientos. Un abogado debe ser un buen jurista y luchar
para que la sociedad se dote de las mejoras normas y denunciar las normas que
generan desigualdad. Ahí estamos muchos contra las tasas judiciales, por poner
un ejemplo.
Me considero empático.
Soy una persona muy pendiente de la gente que está en mi entorno y en especial
de la gente a la que quiero, anteponiendo prácticamente siempre sus intereses a
los míos. Siempre pendiente de detectar llamadas de ayuda a las que atender.
Esto no es necesariamente bueno, me lleva a momentos vitales en que el análisis
te indica que es más lo que das de lo que recibes. La gente como yo no busca un
equilibrio matemático, una igualdad en el dar y recibir. Pero los análisis son
positivos para redefinir las personas en las que debes centrarte. Como
abogados, debemos detectar las necesidades del cliente, evaluar cómo podemos
ayudarle y generarle soluciones. El cliente demanda sentirse entendido y que le
transmitas empatía. El abogado que yo conozco antepone en exceso la atención al
cliente a su propia vida e intereses personales. También debemos estar atentos
al necesario equilibrio en las contraprestaciones. Al fin y al cabo, con el
cliente tenemos una relación de negocio.
Otro elemento importante es que me defino como internauta. Soy usuario de internet desde hace muchos años y me apasiona lo que encuentro en muchos otros usuarios: la voluntad de compartir, de generar espacios de pensamiento creativo, nuevamente la solidaridad, la libertad. Internet es un espacio donde se aprende y me encanta enseñar, entendido como transmitir información y conocimiento. Un abogado debe transmitir ese conocimiento, debe ser comunicador, con sus clientes, con los contrarios, con los jueces. Ese es otro de mis intereses: la comunicación. Creo en el trabajo en equipo y en los grupos. Una de las cosas que más valoran mis clientes es la dedicación que pongo en explicarles e informarles. Y uno de mis objetivos de cara al futuro es incrementar mi faceta como formador
Otro elemento importante es que me defino como internauta. Soy usuario de internet desde hace muchos años y me apasiona lo que encuentro en muchos otros usuarios: la voluntad de compartir, de generar espacios de pensamiento creativo, nuevamente la solidaridad, la libertad. Internet es un espacio donde se aprende y me encanta enseñar, entendido como transmitir información y conocimiento. Un abogado debe transmitir ese conocimiento, debe ser comunicador, con sus clientes, con los contrarios, con los jueces. Ese es otro de mis intereses: la comunicación. Creo en el trabajo en equipo y en los grupos. Una de las cosas que más valoran mis clientes es la dedicación que pongo en explicarles e informarles. Y uno de mis objetivos de cara al futuro es incrementar mi faceta como formador
Encantado de conocerle señor abogado... :)
ResponderEliminarSalud
Gracias Genin. Todo bien?
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