Cuando hablamos de internet parece que se generaliza un comportamiento basado en la inexistencia de normas o más bien que es propenso al incumplimiento de las mismas, porque normas hay. Algo que muchas veces expresa entre otros el amigo David Maeztu. Diferentes juristas han reflexionado al respecto y es cierto que en los comportamientos internautas se instaura una anómala (?) sensación de impunidad. Me pregunto en esta entrada si realmente es algo exclusivo del ser humano como internauta o si no lo es solo en ese plano. Si en definitiva fue antes el huevo o la gallina.
La criminología estudia entre otras cosas lo que se denominan inhibidores de conductas, es decir, el por qué ante una misma situación unas personas cometen delitos y otros no. Que nos impide robar si pensamos que nadie nos va a pillar, por poner un ejemplo. Hay muy diferentes inhibidores: el reproche moral o social, la propia sanción como temor a ser sancionados y otras. No sé hasta qué punto hay estudios avanzados sobre la criminalidad en internet aunque seguro que los hay dado el importante incremento de delitos en el espacio internauta que va creciendo exponencialmente cada año que pasa.
Si como pienso, cada vez son menores los inhibidores morales o sociales en los comportamientos humanos (de ahí el ejemplo que ponía en el primer párrafo) pues es generalizada la falta de respeto a la norma, cobra mayor importancia el refuerzo negativo del temor a ser pillados, es decir que el individuo sea consciente de la existencia de vigilancia sobre sus acciones, algo que llega a sus mínimos cuando hablamos del espacio de internet donde como digo hay una generalizada sensación de impunidad que es lo que aumenta la frecuencia de conductas inapropiadas.
Me gusta identificar Internet con un espacio de libertad y libre de censura, espacios en los que difícilmente casa la anticuada imagen que de lo policíal tenemos en este país. Pero lo cierto es que identificando a la policía moderna con la seguridad, su vigilancia y patrulla es cada vez más conveniente en dicho espacio para dificultar graves conductas que ya se están produciendo: daños informáticos, bots criminales, ataques a nuestra seguridad e intimidad; sin olvidar una necesaria conducta preventiva por cada usuario.
Pero para ello hay que tomar conciencia y conocimiento de las prácticas criminales existentes en la actualidad, una mayor dotación de medios policiales en estos campos y sobre todo una modificación de la conducta de los internautas, tanto dotándonos de acciones de autoproteccion como de ser conscientes de que internet hay normas y debemos cumplirlas.
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